• El portavoz del Grupo Mixto en el Pacto de Toledo habló el viernes en clave nacional sobre las posibilidades de un acuerdo para reformar el sistema
  • El Banco de España fue claro al recordar a los políticos que deben elegir entre más ingresos o un recorte paulatino de las pensiones públicas
ep carles campuzanolos pasilloscongreso
Carles Campuzano, diputado del PdeCATEUROPA PRESS

Una cosa es querer ser independiente, y otra renunciar a la Seguridad Social española. De hecho, la intención del PDeCAT es alcanzar un acuerdo en el Pacto de Toledo que garantice la sostenibilidad de las pensiones y limite la caída del poder adquisitivo. Además, los datos muestran que Cataluña necesita más que nunca a España para cumplir con sus jubilados.

Carles Campuzano i Canadiés, diputado en el Congreso del PDeCAT y miembro del Grupo Mixto, del que es portavoz en la comisión para la supervisión de las pensiones, así lo expresó el viernes, tres días después de reconocer que necesitan “más tiempo” para lograr un apoyo suficiente con el que aspirar a la independencia. En su intervención en una jornada organizada por Funcas e Ibercaja, explicó que “hay que continuar avanzando en la separación de fuentes de financiación de la Seguridad Social”, haciendo referencia a la tendencia hacia el pago de las pensiones contributivas con las cotizaciones sociales y las no contributivas por impuestos.

Asimismo, señaló que en el Pacto de Toledo “hay consenso evidente” sobre la reducción de la carga que soporta la Seguridad Social sacando de sus gastos las bonificaciones a la contratación o los gastos corrientes del funcionamiento del Ministerio. También reflejó la necesidad de avanzar en un debate sobre si se deben financiar las pensiones de viudedad y orfandad con las cotizaciones, como hasta ahora, o vía presupuestos. Mientras que reiteró la importancia de políticas que contribuyan a una mayor productividad de la economía para incentivar los futuros ingresos y en fomentar la natalidad para reducir la tensión demográfica esperada para las próximas décadas.

Todos estos mensajes tuvieron un carácter constructivo hacia la posibilidad de un acuerdo en el Pacto de Toledo. Es decir, dejando de lado las premisas independentistas de los últimos años, acentuadas desde septiembre, de su partido. También obviando el cruce de acusaciones entre Mercé Perea, del PSOE, y Gerardo Camps, del PP, que volvieron a evidenciar la imposibilidad actual de un pacto de gran calado en la comisión.

Las tasas de inflación son mayores en Cataluña, con lo que hay más riesgo de pobreza entre los pensionistas

No obstante, el PdeCat no se olvida de Cataluña. “Las tasas de inflación son mayores en Cataluña, con lo que hay más riesgo de pobreza entre los pensionistas”, indica. En efecto, el aumento de los precios ha sido mayor en la comunidad autónoma que a escala nacional en todos los meses desde noviembre de 2008. Este año, el promedio de la tasa de variación interanual de Cataluña es del 2,3%, por el 2,1% en el conjunto de España.

Cuanto más alto sea el nivel de inflación, mayor será el perjuicio para el bolsillo de los pensionistas tras la reforma de 2013. El Ejecutivo de Mariano Rajoy desvinculó entonces la revalorización de las pensiones del IPC, para relacionar su evolución a la salud financiera del sistema, con una subida anual mínima por ley del 0,25%. Este ha sido el crecimiento anual de las pensiones desde 2014, aunque hasta 2017 no ha tenido una repercusión importante con el retorno de la inflación.

Diferentes estudios del Banco de España (BdE), Fedea o Inverco anticipan que esta será la tónica habitual durante las próximas décadas, lo que disminuirá drásticamente tanto la tasa de reemplazo -pensión respecto al último salario- como la ratio de beneficio -pensión media respecto al salario medio-, que actualmente están entre las más altas del mundo con niveles en torno al 80% y al 60% respectivamente.

El director general de economía y estadística del BdE, Pablo Hernández de Cos, advirtió al Congreso de que debe elegir entre aumentar los ingresos del sistema o una paulatina reducción en términos reales -descontando la inflación- de las pensiones públicas. De hecho, prevé que el agujero de la Seguridad Social se cierre en 2020 a costa de la pérdida de poder adquisitivo de los pensionistas.

El experto señala que hace falta un supuesto de descenso de la tasa de paro hasta el 6% en el largo plazo y una mayor población activa para mantener a raya el gasto en pensiones sobre el Producto Interior Bruto (PIB). No en vano, recuerda que esta ratio es equivalente a la multiplicación de cuatro variables: tasa de dependencia (número de pensiones respecto a la población), la inversa de la tasa de desempleo, tasa de sustitución (entendida en este caso como pensión media sobre el salario medio) y el peso de la masa salarial respecto al PIB. De hecho, estima que sin las dos últimas reformas, y teniendo en cuenta las proyecciones demográficas del Instituto Nacional de Estadística (INE), el gasto en pensiones se dispararía hasta acercarse al 23% del PIB en 2060.

Aunque “hay que ser escépticos y prevenidos ante las proyecciones a largo plazo, como nos recordó el señor Escrivá (José Luis Escrivá, presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal -AIReF-). También nos dijo que cuidado con las reformas que llevemos a cabo, porque la de 2013 puede ser peor incluso de lo que esperamos”, advirtió Campuzano. Sin embargo, Hernández de Cos avisó a los políticos: “En los 90 nos equivocamos con las previsiones demográficas, pero nos podemos equivocar sobre que la situación sea mejor de lo que esperamos o que sea peor”.

Ccuidado con las reformas que llevemos a cabo, porque la de 2013 puede ser peor incluso de lo que esperamos

PRESIÓN EN CATALUÑA

Las proyecciones sobre pensiones se basan en la premisa económica de ‘ceteris paribus’. Es decir, con las variables y tendencias que se pueden conocer actualmente. Si hay un cambio en la dinámica migratoria, un impulso futuro a la natalidad o una nueva reforma -algo que anticipan los expertos- las proyecciones quedarán en papel mojado. El Banco de España desempeña un papel de ‘ciencia lúgubre’ como hizo con la estimación del impacto potencial de la crisis catalana en el crecimiento.

Las previsiones alarmistas que denunció Celia Villalobos, al recordar que siempre se producen al final de año coincidiendo con la oferta comercial de la banca en planes privados, se basan en la dinámica demográfica. A corto plazo, la crisis ha adelantado una presión que se esperaba en la jubilación de la generación del ‘baby boom’ a partir de la próxima década. Así, el Gobierno de Mariano Rajoy ha echado mano del Fondo de Reserva, que ha pasado desde 67.000 millones de euros de 2011 hasta acabar 2017 con apenas 7.000 millones cuando tenga que pagar la extra de diciembre.

La presión de la tasa de dependencia es una realidad. En el inicio de la democracia había más de 7 personas en activo por cada pensionista. La ratio ha bajado a 2,5 y los expertos esperan que continúe su descenso durante las próximas décadas por debajo de 2,4. Esta presión es más acuciante en Cataluña, donde se sitúa actualmente la misma relación es de 2,2. Según la ministra Fátima Báñez, el déficit de las pensiones catalanas fue de 4.700 millones de euros entre enero y septiembre, lo que supone el 25% del agujero total.

La demografía explica esta presión, porque el mercado laboral catalán disfruta de una salud más sólida que el conjunto de España a pesar del parón de octubre, cuando lideró el aumento del paro registrado en las oficinas del servicio público (SEPE, antiguo INEM)-. La tasa de paro en el tercer trimestre fue del 13,2% en Cataluña en el tercer trimestre y del 17,2% en el conjunto de la economía. La comunidad también tiene pensiones más altas, como resultado de vidas laborales más amplias y con mejores sueldos. Así, la pensión media en Cataluña se situó en 960 euros, frente a los 924 de promedio nacional.

Noticias relacionadas

contador