• Renovarse o morir, esa es la máxima que siguen muchas gasolineras, que buscan nuevos nichos de negocio aliándose con supermercados
  • Otras, las 'low cost', prefieren competir por precio. Y en muchos sitios están ganando la batalla
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Foto recurso gasolineraACIERTO.COM

Conquistar el corazón del consumidor y ganar a la competencia es la base sobre la que se sustenta cualquier negocio. Y el de la gasolina no iba a ser menos. El panorama español de las gasolineras ha cambiado mucho en los últimos años, hasta el punto de que ahora son tres los actores que tratan de ganarse a los conductores para que reposten en sus establecimientos: las gasolineras tradicionales, las 'low cost' y los hipermercados. La guerra está servida.

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Sobre todo porque los españoles miran cada vez más su bolsillo y, salvo caso de extrema necesidad, seleccionan muy bien dónde repostar sus vehículos. Eso ha provocado que entre los diferentes tipos de gasolineras que operan en el mercado nacional se haya desatado una auténtica batalla por ganarse a la clientela. Y el precio está cobrando un cariz fundamental en ello.

Más aún tras la entrada en juego de las gasolineras 'low cost'. Se trata de las denominadas estaciones 'desatendidas', como las llaman las gasolineras tradicionales, o 'automáticas', como se autodefinen ellas mismas, que se caracterizan por recortar el precio por litro gracias al ahorro de costes que supone el hecho de no tener que pagar a ningún trabajador, y a que sea el cliente el que se encarga de todo el proceso desde el principio (repostaje) hasta el final (pago).

Así lo explica Enric Rello, profesor de Dirección de Empresas de la Universitat Abat Oliba CEU. “Cada vez hay menos negocio para las gasolineras, porque el futuro es el coche eléctrico. Las ventas de estos vehículos no dejan de aumentar, y eso está influyendo directamente en el negocio de las estaciones de repostaje”, dice el experto. Ahora luchan por hacerse un hueco en un mercado más pequeño, y hay dos formas de intentar ganar cuota de negocio: “O buscas un valor añadido y te diferencias de otras gasolineras incorporando nuevos productos, o compites por precio”, remarca Rello.

GASOLINERAS-SUPERMERCADO

Precisamente en los últimos años varias petroleras han firmado acuerdos con cadenas de supermercados y grandes distribuidoras para instalar en sus estaciones de servicio tiendas de proximidad, es decir, comercios en los que poder adquirir productos de alimentación y otros de ocio. La primera en hacerlo fue Cepsa, que allá por 2013 selló una alianza con Carrefour para abrir tiendas bajo la marca Carrefour Express en sus estaciones de servicio. Actualmente cuenta con más de 200 en toda España.

Las gasolineras luchan por hacerse un hueco en un mercado más pequeño, y hay dos formas de hacerlo: "O buscas un valor añadido y te diferencias incorporando nuevos productos, o compites por precio", dicen los expertos

Repsol hizo lo propio en julio de 2017, cuando llegó a un acuerdo con El Corte Inglés para crear una red de tiendas de proximidad en las 3.500 estaciones de servicio de la red de la petrolera. Y en febrero de este año BP y DIA acordaban el desembarco del supermercado en las gasolineras de la marca, buscando así rascar cuota de mercado ante la pelea que se ha desatado por fidelizar al cliente con la llegada de la competencia 'agresiva' que suponen las gasolineras de bajo coste.

Frente a este movimiento de las gasolineras tradicionales, las denominadas como 'low cost' están optando por la diferenciación mediante el precio. “Este es un negocio que tiene mucho futuro, porque se reducen costes fijos y se puede ofrecer al conductor precios más bajos”, señala Enric Rallo, que recuerda que los consumidores se están acostumbrando a “hacer cuentas” y que eso explica que busquen un precio más económico a la hora de repostar si, en realidad, no van a hacer uso de las instalaciones que tiene una gasolinera de toda la vida, como el aseo o una tienda en la que comprar chicles, una revista o unas cadenas para las ruedas.

Además, afirma que dado que las estaciones de servicio tradicionales y las de bajo coste venden el mismo producto, “una commodity que es igual”, tienen que buscar otros argumentos para tratar de frenar la expansión de estas gasolineras, y por ello están aduciendo una “falta de seguridad” para el consumidor que, a juicio del profesor, no es tal.

Aunque desde la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES) rebaten estos argumentos. Fuentes de la organización explican a 'Bolsamanía' que están “preocupados por el auge” de las 'low cost' e insisten en que practican una “competencia desleal” porque no cumplen con la normativa de seguridad que se exige a las gasolineras. Incluso afirman que no son de bajo coste, ya que muchas de ellas tienen los mismos precios por litro, tanto en gasolina como en diésel, que otras estaciones de servicio tradicionales.

El principal problema de este tipo de gasolineras, dicen desde la CEEES, no es sólo que ofrezcan el producto a un precio mucho más bajo con el que no pueden competir las estaciones de servicio tradicionales, ya que no tienen “margen” para bajar los precios, sino que su cada vez mayor penetración está suponiendo la pérdida de muchos empleos en el sector y “pone en peligro” los 65.000 puestos de trabajo actuales.

Los datos de la Asociación Española de Operadoras de Productos Petrolíferos (AOP) revelan que en 2016 -últimos disponibles- había en nuestro país un total de 11.188 gasolineras, un 2,2% más que las que registradas al cierre del año anterior. De hecho, en los últimos cinco años el incremento ha sido del 8,5%. Aunque el mayor número de gasolineras va en línea contraria con lo que está ocurriendo con el empleo. Según CEEES, pese a que hay más estaciones funcionando, “los datos ponen de manifiesto que en los dos últimos años se han perdido 2.700 empleos en el sector”.

Del total de puntos de venta, 7.645 pertenecen a la categoría de 'operadores mayoristas', 2.600 a 'otras marcas', 358 a la de 'hiper/supermercados' (las propias de grupos como Carrefour, Alcampo, Eroski o E.Leclerc), y otras 585 de 'cooperativas de venta al público'. Esa es la única clasificación que hace la AOP, que no distingue entre las 'desatendidas' o 'automáticas' y las tradicionales, por lo que no se puede cuantificar el incremento de las 'low cost'. Aunque la realidad se ve en la calle, y lo cierto es que cada vez hay más gasolineras de este tipo en España.

¿ES LA MISMA GASOLINA?

Además, la CEEES también responde al argumento de que en todas las gasolineras se vende el mismo producto, y dice que no es verdad porque la calidad varía dependiendo de la estación en la que reposte el conductor. Las fuentes consultadas reconocen que la gasolina y el diésel que surten la mayoría de las estaciones españolas, sean del tipo que sean, salen de un mismo sitio: los oleoductos de CLH, que es la compañía que se encarga de almacenar, transportar y distribuir el combustible de hidrocarburos y productos petrolíferos en España.

El combustible que surten la mayoría de las estaciones españolas sale de un mismo sitio: los oleoductos de CLH, que es la encargada su almacenamiento, transporte y distribución en España

Una vez refinado, venga de la petrolera que venga, el combustible se 'inyecta' en la red de CLH y desde ahí se surte a las gasolineras que lo solicitan. La diferencia es que en el momento de llevarla a sus propias estaciones, marcas como Repsol, Cepsa, BP, Galp y Shell mezclan esos carburantes con una serie de aditivos que mejoran su calidad y eficiencia. “Es en esos aditivos donde está la diferencia, porque hacen que se puedan recorrer más kilómetros que si se llena el depósito en una gasolinera en la que no se haya añadido ese extra al carburante que se ofrece”. Es decir, desde la CEEES aseguran que repostar una gasolina o un diésel 'mejorados' garantiza poder recorrer una distancia mucho mayor con el coche que si el conductor llena el depósito en una estación que surta el combustible en 'bruto', sacado directamente de la red de CLH. “El rendimiento por kilómetro no es igual”, insisten.

Este medio ha tratado de ponerse en contacto con la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas (AESAE) para hablar de todas estas cuestiones sin éxito, aunque en su web aseguran que cumplen estrictamente con la normativa actual y defienden la calidad del producto que sirven. Tampoco ha sido posible preguntar a este colectivo por las regulaciones que algunas comunidades autónomas están impulsando contra las gasolineras sin personal. Por ejemplo, regiones como Cantabria, Castilla y León o Extremadura se han pronunciando al respecto prohibiendo este tipo de establecimientos al considerar que no garantizan los derechos de los consumidores, aunque la realidad es que con ello no se ha impedido la llegada de las 'low cost'.

De hecho, el colectivo de gasolineras sin personal ha denunciado ante Bruselas estas normativas, al considerar que con ellas se vulnera el derecho a la competencia, y la Comisión Europea ya está recabando información y estudiando el asunto. Dentro de poco se pronunciará. Mientras tanto, es de esperar que siga aumentando el número de gasolineras 'low cost' en España. “Los consumidores buscan el mejor precio, y seguirán comprando el combustible en el sitio donde sea más barato”, concluye el profesor Enric Rello.

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