ep celebracion di fuerzas armadas cuba

"Aquí todo sigue igual". Es la frase que resume el sentir general de la oposición cubana un año después de la muerte de Fidel Castro. Los cambios, auguran muchos, se esperan el próximo año, cuando su hermano Raúl cederá el testigo a una nueva generación que, por primera vez en más de medio siglo, desvinculará el apellido Castro del futuro de la isla caribeña.

La muerte de Fidel fue un auténtico 'shock' para los cubanos, para todos, quienes le idolatraban y quienes le odiaban. "Durante los nueve días de luto oficial se sufrió mucho", unos por la pérdida y otros "porque hubo muchos arrestos --no se podía ni escuchar música-", cuenta la ex presa política Martha Beatriz Roque en una entrevista concedida a Europa Press.

ECONOMÍA "ASFIXIADA"

"Los únicos cambios que se han producido han sido a peor", no solo para la oposición, sino también para el cubano de a pie, al que la crisis económica en Venezuela --principal sostén de las finanzas cubanas-- y el regreso a la política de mano dura en Estados Unidos han castigado sin piedad, relata el disidente Guillermo Fariñas. El ascenso de Raúl a la Presidencia vino acompañado de una agenda de reformas económicas que permitieron por primera vez desde 1959 la iniciativa privada.

Cuba ha visto multiplicarse a los llamados 'cuentapropistas', dueños de tiendas, restaurantes y pensiones que dan servicio a propios y turistas

Gracias a ello, en los últimos años Cuba ha visto surgir y multiplicarse a los llamados 'cuentapropistas', dueños de tiendas, restaurantes y pensiones que dan servicio a propios y turistas. Pero la incipiente apertura económica, que no había cuajado por el característico ritmo de la burocracia cubana, se ha frenado de golpe.

Los 'petrodólares' han dejado de llegar desde Venezuela y las restricciones resucitadas por el Ejecutivo de Donald Trump han obligado al Gobierno, como decía Raúl hace unos meses, a "apretarse el cinturón".

EVITAR ACAPARAMIENTO DE MATERIAS PRIMAS

La situación es tan extrema que el Estado ha suspendido la concesión de licencias para realizar más de 30 actividades económicas con el objetivo de evitar el acaparamiento de las materias primas, un "ataque" directo contra los 'cuentapropistas', "a los que el Gobierno considera el enemigo económico", reprocha Fariñas.

La situación es tan extrema que el Estado ha suspendido la concesión de licencias para realizar más de 30 actividades económicas

"En los mercados estatales no hay nada y los 'cuentapropistas' tienen lo justo para cubrir mínimamente la demanda", incluso empieza a haber racionamiento: "no se puede comprar más de un paquete de pollo o más de un paquete de patatas", describe el Premio Sajarov.

Roque confirma que "la situación social está muy difícil". "Los precios son muy altos, hasta en el mercado agropecuario", donde el régimen 'castrista' ha vuelto a imponer cupos para evitar el desabastecimiento. "Tanto que para poder comer prácticamente tienes que invertir el salario completo. El pueblo está ahogado. La economía está asfixiada".

UNA CUBA SIN LOS CASTRO

La comunidad internacional espera que los acontecimientos se precipiten en febrero, cuando Raúl renuncie a la Presidencia, tal y como anunció en el último congreso general del PCC, y cuando la Asamblea Nacional emanada de un proceso electoral en municipios y provincias que arrancará este domingo designe a su sucesor.

Con ello, los hermanos Castro, que han dominado Cuba durante 57 años, habrán desaparecido por completo de la primera línea. Los analistas políticos señalan como potencial sucesor al primer vicepresidente, Miguel Díaz-Canel, que pertenece a la hornada de dirigentes nacidos después de la Revolución y del que se espera un rumbo aperturista. Sin embargo, desde la oposición advierten de que en Cuba nada es tan fácil. "Aquí la persona más importante del país no es el presidente o el primer ministro. Es el secretario general del partido porque el partido lo es todo. Y Raúl va a seguir siéndolo al menos hasta 2021", enfatiza Roque.

Fariñas, por su parte, alerta de que, aunque Díaz-Canel sea la cara visible del régimen --"para que no se diga que en Cuba hay una dinastía política como en Corea del Norte"-- en los últimos tiempos uno de los hijos de Raúl, Alejandro Castro Espín, ha hecho "maniobras" para colocar a sus "allegados" en los puestos clave y "seguir ejerciendo el poder entre bambalinas". "Ha estado poniendo y quitando ministros, alcaldes y diplomáticos", revela.

"Da igual que se vaya Raúl. Da igual que se vayan todos los Castro. El cambio en Cuba llegará cuando comiencen a respetarse las leyes y haya derechos y libertades", depende la dama de blanco. Roque subraya que "el pueblo cubano debe interiorizar que o busca democracia o se resigna a vivir en la pobreza". "Ya ha empezado a despertar y me imagino que algún día despertará del todo y dirá 'esto no es lo que quiero'".

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