• La Cámara de Representantes ha vuelto a aprobar el texto definitivo...
  • ... después de que los senadores cambiaran este martes tres puntos de esta reforma
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Donald Trump, presidente de Estados Unidos

La reforma fiscal de Donald Trump ya es un realidad, a falta tan solo de que el presidente de Estados Unidos la ratifique con su firma. La Cámara de Representantes ha dado luz verde al texto definitivo tras las tres provisiones que cambió el Senado y que incumplían la normativa.

Con 224 votos a favor y 201 en contra, la reforma fiscal de Trump ha pasado su último filtro legislativo antes de llegar a sus manos. La Cámara de Representantes ha aprobado el texto definitivo después de haber dado ya su visto bueno este martes y tras el cambio de tres provisiones en el Senado.

En la rueda de prensa posterior a la aprobación final del texto, Trump ha agradecido a los congresistas republicanos su trabajo en él: "Quiero darles las gracias a todos. Son gente muy, muy especial".

El presidente ha comparecido arropado por sus compañeros de partido en la Cámara baja, y ha cedido el turno de palabra a muchos de ellos. El líder republicanos en la Cámara de Representantes, Paul Ryan, ha alabado la labor del presidente: "Algo tan grande, algo tan generacional, algo tan profundo no podría haberse hecho sin un exquisito liderazgo presidencial". Por su parte, el congresista republicano Kevin Brady, ha declarado que "en Año Nuevo" Estados Unidos tendrá un nuevo código fiscal "para una nueva era de prosperidad".

Con respecto a las consecuencias de la reforma, Trump ha afirmado que Estados Unidos recuperará "al menos cuatro billones de dólares". Además, ha declarado que están "atrayendo de nuevo al empresario" a Estados Unidos.

En la Cámara Alta, los 51 senadores republicanos, a falta del hospitalizado John McCain, han logrado superar el rechazo de los 48 votos demócratas. Esta luz verde al nuevo plan tributario supone una gran victoria política de Trump, tras su fracaso en la contrarreforma sanitaria. Aunque su propuesta ha sufrido en toda esta larga travesía parlamentaria, el presidente estampará su firma en su deseada reforma.

El cambio por parte de los senadores de tres puntos provoca que, este miércoles, los miembros de la Cámara baja estadounidense tuvieran que repetir su votación para ratificar estas variaciones. Un trabajo parlamentario que ha sido puro trámite y que no ha frenado las intenciones de Trump para firmar la ley esta semana.

No es de extrañar que el presidente de Estados Unidos haya reaccionado de forma eufórica. Como ya es costumbre, a través de Twitter: "¡Estamos ofreciendo un alivio fiscal histórico a los estadounidenses!".

NUEVO AÑO, NUEVO PLAN TRIBUTARIO

Esta reforma fiscal comenzará a ponerse en marcha a partir del 1 de enero, aunque "los asalariados comenzarán a notarlo a partir de febrero en sus nóminas", recuerdan los expertos de Link Securities. Las claves de este plan tributario es el recorte del impuesto de sociedades del 35% al 21%, el tramo máximo para las mayores rentas encoge del 39% al 37% y, en beneficio de las clases trabajadoras, casi duplica el mínimo exento (de 6.500 a 12.000 dólares y el doble para parejas) y mejora las ayudas por hijo, gastos médicos y estudios.

Una bajada de impuestos que generaba ciertas dudas por el impacto que tendría sobre las arcas públicas estadounidenses. En total, el cálculo realizado por el Congreso de Estados Unidos es que 1,5 billones de euros dejarán de entrar en las arcas públicas. No obstante, los republicanos aseguran que esta bajada de impuestos incentivará la inversión y provocará la repatriación de capitales. Algo que, desde su punto de vista, no solo compensará esta pérdida recaudatoria, sino que lo aumentará.

Pero hay voces que no comparten esta opinión. Las mentes más brillantes en economía dentro de la comunidad académica estadounidense descartan un impulso importante del crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) durante los próximos años gracias a la reforma fiscal.

Así lo muestra un sondeo de IGM Forum, el instituto de la Universidad de Chicago, que recoge las respuestas de más de 40 economistas de Harvard, MIT, Yale o Princenton, incluyendo varios Nobel. La pregunta es más clara que las respuestas: “Si EEUU promulga un proyecto de ley similar a los que se están moviendo actualmente en el Congreso, suponiendo que no haya cambios en la política fiscal de gasto, ¿el PIB de EEUU será sustancialmente mayor en una década que bajo el status quo?"

Entre las respuestas, sólo un 2% responde afirmativamente. El 64% está en desacuerdo y el 34% cree que es incierto. Una postura que se posiciona en contra de las proclamas republicanas. Solo el tiempo demostrará quién tiene razón, porque la reforma fiscal de Trump ya es una realidad.

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