• Empresas especializadas e inversores aprovechan la importancia de la elección del dominio y su posicionamiento para hacer negocio
  • Es el caso de 'hotelesbaratos.com', que se vendió por 26.600 dólares, o 'broker.com', que se convirtió en el dominio más caro de 2016 al ser vendido por 375.000 dólares
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“Si no estás en Internet no existes”. Esta contundente afirmación cala hondo entre empresas y empresarios, conscientes del imparable empuje de Internet en los negocios. Ahora bien, elegir el nombre correcto en la red de redes puede resultar igual o más importante y, por ello, se llegan a pagar ingentes sumas de dinero. Un filón que aprovechan, entre otros, las compañías especializadas y los expertos en marketing digital.

Adquirir esta identificación o dominio es toda una necesidad para las empresas que desean tener una presencia activa y efectiva en Internet. Y, en teoría, mientras más sencilla sea, más fácil de recordar y encontrar será, en la mayoría de ocasiones también suele ir asociada al nombre de la organización.

Montse Zafra, directora comercial de Mi Alojamiento Web, explica que al igual que la elección del nombre de una nueva empresa o producto resulta esencial tanto a nivel de imagen como estratégico, la elección de un dominio es igual de importante (e incluso a veces más), ya que representará a la marca o empresa en internet. “Y la imagen que transmita empezará por la elección de un dominio”, destaca.

SENCILLO Y FÁCIL DE RECORDAR

“Esta identificación debe llamarse como la empresa o nombre comercial o marca para tener una coherencia en términos de branding”

Para la experta, existen varios aspectos esenciales que hay que tener en cuenta a la hora de elegir un buen dominio y por ello subraya algunas claves, como que sea representativo de la empresa, no contenga demasiados caracteres, sea fácil de recordar y escribir. Asimismo, asegura que es importante pensar en la extensión de esta identificación y no utilizar guiones u otros caracteres que den lugar a la confusión. Finalmente, subraya como fundamental que el dominio contenta la palabra clave que se quiere posicionar.

En la misma línea, Juan Merodio, especialista en márketing, innovación y transformación digital, expone que “esta identificación debe llamarse como la empresa o nombre comercial o marca para tener una coherencia en términos de branding”, detalla. Y opina: “Personalmente, me gustan las extensiones ‘.com’ porque son internacionales, aunque en algunos casos es bueno jugar con dominios locales como ‘.es’, ‘.co ‘ o ‘.ca’.

En la actualidad, existen páginas como la de 1&1, Mi Alojamiento Web o Sedo, donde comprar dominios está al alcance de cualquier bolsillo y su precio depende de la extensión elegida, del proveedor donde se compre y de su posicionamiento. Desde Mi AloJamiento Web, por ejemplo, registrar un ‘.es’ cuesta 7,95 euros al año o un dominio ‘.com’ 9,95 euros anuales.

SE PAGAN PRECIOS ELEVADOS

Sin embargo, los expertos en Internet y marketing digital han descubierto sus posibilidades y desarrollan toda una estrategia de posicionamiento y marca en torno a los dominios, lo que provoca que algunos de estos 'nombres' para webs lleguen a alcanzar precios muy elevados. Es el caso de 'hotelesbaratos.com', que se vendió por 26.600 dólares (25.000 euros aproximadamente), o 'broker.com', que se convirtió en el dominio más caro de 2016 al ser vendido por 375.000 dólares (350.000 euros).

Para David Fernández, abogado especialista en derecho TIC y Transformación Algorítmica, “el negocio de los dominios es similar a invertir en bolsa o en arte”, indica. Y además aclara que los dominios que tienen éxito son los correspondientes a palabras o conceptos clave que tienen un gran mercado detrás. Y esto, según Fernández, ocurre por dos motivos, primero por SEO, por posicionamiento en las primeras páginas de resultados de Google, y también por el recuerdo de marca.

“El negocio de los dominios es similar a invertir en bolsa o en arte”

No obstante, asegura que la tendencia está cambiando. “Los dominios genéricos (nombres como música, coches o restaurantes) han perdido valor porque ahora se imponen más las marcas de fantasía, más imprevisibles, tipo spotify o airbnb”, reconoce. Otro motivo por el que han perdido valor es porque las extensiones de dominio ahora son libres en su registro, explica. Si antes solo existían extensiones territoriales como ‘.es’, ‘.fr’ o ‘.de,’ y unas pocas genéricas como ‘.com’, ‘.net’ o ‘.org’, ahora, por unos 100.000 euros anuales, una empresa o inversor puede hacerse con una extensión propia y vender dominios. Así existen en la actualidad extensiones tan variadas como .club, .guru, .legal o .tienda.

El negocio es claro. Empresas e inversores aprovechan la importancia de la elección del dominio y su posicionamiento para ofrecer algunos ya registrados que contienen palabras o criterios que pueden resultar claves para un determinado negocio en internet. Como es lógico, tras este trabajo, su precio es bastante superior al precio normal de un domino que se registra por primera vez.

EL SISTEMA DE COMPRAVENTA

¿Cómo se hacen con estas identificaciones? Los inversores obtienen los dominios comprándoselos a otros o registrándolos si están libres. Fernández pone un ejemplo: “Imagina que sale un nuevo concepto de negocio como ‘realidad virtual’ y está libre el ‘.com’ para su registro por 10 euros. El primero que lo registra se lo queda. Si fuera marca, habría conflicto, pero los genéricos se pueden registrar libremente”, sintetiza.

Al respecto, es importante prestar atención a las cuestiones legales, porque si existe una marca registrada con el mismo nombre que el dominio elegido se podría estar vulnerando los derechos de dicha marca. Una búsqueda rápida en la web de la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) puede ser de mucha ayuda.

Respecto al sistema de compraventa de dominios, Fernández destaca que puede ser one-to-one, contactando directamente el interesado con el vendedor, analizando datos en sitios como who.is o mediante empresas especializadas y brokers comosedo.com, que se dedican a intermediar entre compradores y vendedores.

Toda una ciencia que se convierte en objeto de deseo tanto para empresas como para inversores, que se fijan en ellos para comprarlos y obtener una rentabilidad con su venta. Y es que, aunque con las nuevas extensiones y tendencias, tardan más en rentabilizarse, los dominios genéricos siguen siendo un activo muy valorado, pues la intuición y el posicionamiento en los motores de búsqueda se pagan caro a cambio de un perfecto nombre de marca y una eficiente dirección de internet.

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