• El 'billete verde' cae hasta un mínimo de cuatro meses contra el yen
  • El franco suizo, en máximos de dos años contra el dólar
Europa

La atención de los operadores continúa centrada en el reciente rally del euro, que sigue alargando su figura hasta lograr superar los 1,20 dólares. Después de alcanzar nuevos máximos no vistos desde el arranque de 2015, la divisa comunitaria se ha enfilado hasta los 1,2070 dólares, aprovechando el sufrimiento del dólar, que también se ha depreciado hasta su peor cambio en cuatro meses contra el yen. La causa, el nuevo episodio en la escalada de tensiones en la península de Corea, con el lanzamiento de un misil por parte del régimen de Pionyang que ha sobrevolado Japón.

Sobre el optimismo en torno a la divisa comunitaria también han influido los fundamentales. En concreto, el dato de la confianza del consumidor en Alemania de septiembre, ha alcanzado máximos de casi 16 años, después de avanzar una décima hasta los 10,9 puntos, no vistos desde octubre de 2001. Poco después de la apertura de Wall Street, el euro ha cedido posiciones hasta las inmediaciones de los 1,20 dólares.

Sin embargo, el nuevo desafío de Corea del Norte "es la gran historia que domina el mercado y que pesa sobre el dólar, que ha ampliado las pérdidas con las que ha arrancado la semana contra la mayoría de divisas”, señala Kathy Lien, fundadora de BK Asset Management. La aversión al riesgo se ha apoderado de los inversores, mientras se preparan para las repercusiones que el presidente de los EEUU, Donald Trump, pueda dictaminar para Corea del Norte.

Por el momento, el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, y el presidente de Estados Unidos han llegado a un acuerdo para aumentar la presión sobre el régimen de Kim Jong Un. Durante la conversación telefónica entre los dos dirigentes, Trump ha asegurado que Estados Unidos "está al 100 por ciento con Japón" y ha reiterado que el Ejército nipón cuenta con el compromiso de Washington, según ha recogido la agencia de noticias Yonhap.

En este escenario, el yen se ha beneficiado de nuevo de su papel de activo refugio y se ha apreciado hasta su mejor cambio desde el 20 de abril, por encima de los 108,500 unidades contra el dólar, desde donde ha cedido posiciones hasta los 108,750 yenes. El franco suizo, por su parte, la otra moneda que goza de status de ‘safe haven’, se ha impulsado hasta máximos de dos años y se cambia por debajo de los 0,9430 francos contra la divisa de EEUU. El índice del dólar, que mide el desempeño de la moneda contra una cesta de seis rivales se mantiene estable en los 92,270 puntos, después de caer hasta su peor nivel desde mayo de 2016, en los 92,137 puntos.

De vuelta al euro, la moneda comunitaria se ha replegado un 0,6% contra el yen, hasta las inmediaciones de las 129,600 unidades, desde el máximo de tres semanas alcanzado horas antes, casi en los 131,00 yenes por euro. Pero ha renovado su envite y ha llegado a cambiarse por encima de los 130,800 yenes por euro. Por otra parte, la moneda común europea también se refuerza en su cruce frente a la libra esterlina, cambiándose por 0,9286 libras, en máximos desde el 7 de octubre de 2016.

EL OBJETIVO, EN LOS 1,27 DÓLARES

Históricamente, los 1,25 dólares están a medio camino entre el máximo de 2008, en los 1,6038 dólares y el mínimo de inicios de año, en los 1,0352 dólares

Pero lo que interesa ahora mismo a los analistas es saber qué pasará con la divisa comunitaria una vez quebrados los 1,20 dólares, su mejor cambio desde inicios de enero de 2015. O lo que es lo mismo, desde el momento en el que la 'moneda única' venía ya reculando, desde los casi 1,40 dólares que rozó en mayo de 2014, porque el mercado estaba descontando que el BCE lanzaría su programa de expansión cuantitativa (QE), algo que acabaría anunciando el 22 de enero de 2015.

Tras el reciente avance, el euro/dólar se ha revalorizado un 14,4% en lo que va de año y un 16,4% desde el mínimo de 1,0339 dólares registrado en enero de 2017.

Para José María Rodríguez, analista técnico de Bolsamanía, “existe la posibilidad de que el cruce termine buscando, con sus lógicas correcciones intermedias, la zona de resistencia de los aproximadamente 1,27 dólares (la parte superior del canal bajista)”.

Kathy Lien, por su parte, avisa de que en este camino, el euro/dólar encontrará al menos dos resistencias importantes que superar. La primera, en los 1,22 dólares, aunque reconoce la analista que técnicamente la que importa está en los 1,25 dólares. “Históricamente, este precio está a medio camino entre el máximo de 2008, en los 1,6038 dólares y el mínimo de inicios de año en los 1,0339 dólares”, recuerda la fundadora de BK Asset Management.

La directora de la firma de inversión de Nueva York matiza que el valor medio del dólar de los últimos cinco años está alrededor de los 1,21 dólares, por lo que los 1,25 dólares no representan una sobreapreciación excesiva para la moneda compartida.

DRAGHI TIENE LA PALABRA

Pero los expertos coinciden en que sólo un hombre tiene el poder de permitir que el euro prolongue su rally. El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, el mismo que ha dado alas a la divisa europea después de evitar mencionar la fortaleza de la moneda en el reciente simposio de banqueros centrales de Jackson Hole, puede dinamitar la escalada de la divisa comunitaria.

Para Lien, a no ser que el italiano o, haciendo este poder más extensivo, algún otro miembro del supervisor monetario dé un paso al frente y exprese preocupación por el furor del euro, “la moneda tiene las bendiciones del BCE para seguir operando con una marcada tendencia alcista, al menos hasta el 7 de septiembre, cuando el banco central protagonizará su cónclave mensual”.

La moneda tiene las bendiciones del BCE para seguir operando con una marcada tendencia alcista, al menos hasta el 7 de septiembre

El anuncio que espera el mercado está prácticamente descontado en el precio de la divisa, que no será otro que el calendario mediante el que el regulador monetario pretende retirar los estímulos monetarios. Han sido dos billones de euros desde 2015, la suma de dinero que el BCE ha creado en su 'impresora' mediante la compra de activos en el mercado durante más de dos años.

David Pina, analista colaborador de ActivTrades, cree que el auge del euro muestra que “Draghi empezará a reducir de forma progresiva el actual programa de flexibilización cuantitativa a partir de 2018”. Daniel Mármol Santos, Sales Trader de Orey Financial, por su parte, indica que es la apreciación de la moneda lo que obliga al banco central a actuar, ya que “como reflejan los últimos datos, está mermando la inflación, que se contrajo ligeramente en junio y julio, ya que la apreciación del euro hace que las importaciones sean más baratas presionando así los precios”. Tanto es así que casi todos los expertos consultados por Bolsamanía apuestan porque va a anunciar algún tipo de recorte en alguna de las reuniones que quedan durante el año, “pero la colocación de fondos seguirá hasta bien entrado 2018”, opina Adrián Aquaro, fundador de Trader College.

Menos unanimidad muestran los expertos en cuando a la forma que debe adoptar el proceso de normalización monetaria del BCE. En Orey Financial creen que “el BCE debería ir tras los pasos de la Reserva Federal Americana, es decir, ir reduciendo el volumen de compra de activos (QE), o bien ir “recalibrando” de forma periódica, como ya anunció el pasado diciembre, el programa de compras, para posteriormente poder plantear un aumento en los tipos de interés”. “Todo ello en sintonía con la evolución que muestren las cifras macroeconómicas, de forma transparente y con una política de comunicación sólida, para no provocar sorpresas en los mercados”, indica Daniel Mármol.

Sin embargo, Manuel Ortiz-Olave, jefe de analistas de Monex Europe en España reconoce que los pasos que seguirá el BCE son “una gran incógnita” pero, se muestra seguro que “no va a ser igual que en EEUU porque hay muchos países en la zona euro, cada cual con pesos ponderados diferentes en el total del balance del BCE”.

Así, señala que es posible que el banco central “comience con los activos alemanes, porque Alemania tiene más capacidad de aguantar un aumento de sus tipos dado el superávit por cuenta corriente actual. En cambio, países como Portugal, España o Italia podrían salir muy mal parados si los tipos de interés aumentaran”. “Además hay que tener en cuenta que el BCE también compra deuda corporativa, algo que la Fed no ha hecho. Por lo tanto, es bastante difícil intentar anticipar cual va a ser el método elegido por el regulador europeo”, añade Ortiz-Olave.

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