• Las correcciones en el euro, la libra y el dólar australiano serán más pronunciadas y los bancos centrales tienen la culpa
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La divisa comunitaria arranca la semana remontando levemente desde el mínimo de cuatro sesiones alcanzado el viernes, después de que la buena salud del mercado laboral estadounidense del mes de julio devolviera la esperanza a los inversores de que una tercera subida de tipos de la Reserva Federal de EEUU (Fed) todavía es posible. La creación de empleo aumentó en 209.000 nuevos puestos de trabajo, la tasa de desempleo cayó y los salarios subieron, así que los operadores encontraron el catalizador para vender euros y lanzarse de nuevo a por el dólar. El euro/dólar cedió prácticamente un 1% y este lunes se mantiene por debajo de los 1,1800 dólares.

Lo que es más importante todavía, para los analistas de Danske Bank, es que el euro/dólar cerró por debajo de este precio por primera vez en una semana, lo que pone en peligro el reciente rally de la ‘moneda única’, que le llevó a conquistar máximos de 31 meses la semana pasada, por encima de los 1,19 dólares. “El comportamiento de la divisa del pasado viernes sugiere que, de hecho, aunque apostábamos porque el cruce recalara en los 1,20 dólares, el euro podía haber agotado su impulso alcista”, señalan los expertos de la entidad danesa. “En todo caso, creemos que la moneda comunitaria aflojará su auge de cara al simposio de Jackson Hole, que se celebra del 24 al 26 de agosto y, especialmente de cara a la reunión del Banco Central Europeo (BCE) del 8 de septiembre”.

Creen estos expertos que el objetivo del euro en el rango de uno a tres meses es los 1,1700 dólares, antes de volver a dispararse hasta los 1,22. En su previsión a largo plazo coinciden con otros bancos de inversión, como Credit Suisse y Credit Agricole, que están entre los bancos que han elevado las previsiones del euro en las últimas semanas. Credit Suisse ha aumentado su objetivo a 12 meses a 1,22 dólares desde 1,15 dólares, mientras que Société Générale dijo que la subida a 1,20 dólares es posible en los próximos meses.

Sin embargo, desde el punto de vista técnico se requiere un cierre semanal por encima de los 1,1800 para confirmar el asalto a los 1,2000 dólares, hecho que no se ha dado. La última vez que el euro se cambió en estos niveles de precio fue el 2 de enero de 2015.

José María Rodríguez, analista técnico de Bolsamanía alerta de que "ahora cabe la posibilidad de que a lo largo de las próximas semanas corrija hacia los 1,1616/ 1,1500 dólares en forma de throw back". "Y si lo hace en teoría sería una nueva oportunidad de apertura de largos con objetivo en la parte superior del canal bajista de largo plazo, ahora en los 1,2760. Más tarde o más temprano parece que la parte alta del canal bajista se pondrá a prueba", asegura el experto.

Las correcciones en el euro, la libra y el dólar australiano serán más pronunciadas y los bancos centrales tienen la culpa

¿HAN ALCANZADO UN PICO TODAS LAS DIVISAS?

La situación vivida en el euro se repite en otras monedas, para Kathy Lien, analista de BK Asset Management. La experta insiste en subrayar que el dato de empleo fue lo suficientemente bueno para dar alas al dólar y aflojar la presión alcista en otras divisas claramente sobrecompradas, como el dólar australiano o a libra. En otras palabras, el retroceso que vimos la semana pasada en el dólar/libra -que cedió más de un 1,7% y se halla por debajo de los 1,3050 dólares- o el el dólar australiano/dólar "debería conducir a futuras pérdidas".

"La mejora de la perspectiva en el dólar de los EEUU no es la única razón por la cual un número de monedas podrían haber alcanzado un pico", indica la analista. "Los bancos centrales están cada vez más preocupados por las implicaciones negativas de la fortaleza de sus monedas y, tanto en Reino Unido como en Australia, ya han alertado de esta situación con el objetivo de rebajar sus divisas", explica Lien.

Entre las divisas más vulnerables se halla la libra y la experta apuesta por una corrección más profunda de la moneda británica, debido a que los operadores no tienen ningún dato positivo al que aferrarse después de la publicación del Informe Trimestral de Inflación del Banco de Inglaterra. Para Michael Hewson, analista de CMC Markets, la libra todavía tiene un soporte de gran importancia contra el dólar en los 1,3000 dólares, pero, de perderlo, "se precipitará hacia los 1,2900 dólares".

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