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Fuerte resaca la que vive el mercado de las divisas este lunes, después de una intensa semana en que los bancos centrales marcaron el compás. Las renovadas tensiones comerciales, que algunos expertos siguen calificando de “guerra”, entre China y EEUU acapararon toda la atención el viernes y son lo único que mantiene al dólar sujeto, muy cerca de su máximo de siete meses.

El índice del dólar -que mide su desempeño contra seis divisas rivales- se disparó a finales de la semana pasada hasta un máximo no visto desde diciembre de 2017, en los 95,130 puntos, después de que la Reserva Federal (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE) volvieran a hacer evidentes sus divergencias de política monetaria. Primero, el regulador monetario de EEUU rubricó su compromiso con la normalización monetaria al señalar cuatro subidas de tipos este año. Después, el BCE ‘sacó a pasear’ su cautela para dejar claro que los incrementos de tasas no llegarán hasta después del verano de 2019.

Y mientras el índice del ‘billete verde’ se mueve alrededor de los 95,00 puntos, el euro ha aprovechado los nuevos tambores de guerra entre las dos principales potencias mundiales para recuperar algo de aire hasta las inmediaciones de los 1,16 dólares. Ambas monedas se han movido entre estos eventos, el último de los cuales fue una decisión de los Estados Unidos el viernes para promulgar aranceles de 50.000 millones de dólares en bienes chinos. Poco después, la agencia oficial china de noticias Xinhua dijo que Pekín impondría aranceles del 25% a 659 productos estadounidenses, desde soja y automóviles hasta productos del mar.

"La reacción de las monedas a los desarrollos comerciales se ha visto limitada ya que la medida de los EEUU y la respuesta de China estaban en línea con las expectativas", según expertos de Daiwa Securities. Los expertos de Danske Bank, por su parte, consideran que el euro/dólar se mantendrá en modo consolidación mientras los inversores seguirán con atención el simposio del BCE en Sintra.

"Se buscarán señales en el discurso del presidente del BCE, Mario Draghi sobre las razones por las que el BCE optó por poner fin a la expansión cuantitativa", agregan los analistas de la entidad danesa. "Creemos que esto podría ayudar a ponerle un suelo al euro a corto plazo en el área de los 1,15 dólares", indican los analistas del banco de inversión que también aconsejan "mantenerse atentos a las tensiones comerciales, aunque no creemos que sea un motor del cruce en el corto plazo".

LA LIBRA, BAJO EL FOCO

Durante esta semana, la libra se mantendrá también en el radar de los operadores, ya que se esperan movimientos tanto del frente del Brexit como del Banco de Inglaterra (BoE). El gobierno del Reino Unido se enfrenta este lunes al debate en la Cámara de los Lores del proyecto de ley de divorcio con la UE y la "incertidumbre política en el Reino Unido sigue siendo un elemento negativo para la libra esterlina ya que la primera ministra Theresa May todavía lucha por el favor del parlamento sobre importantes cuestiones alrededor del Brexit", argumentan desde Danske Bank.

Además, el mercado espera que el BoE deje los tipos sin cambios y mantenga una postura neutral, "lo que indica que la próxima subida de la tasa aún depende de los datos", agregan. Dado que la inflación ha descendido moderadamente y la tasa de desempleo resultó por encima de lo esperado en mayo, la probabilidad de una alza de tasas en agosto ha disminuido levemente. De hecho, el mercado descuenta un 50% de probabilidades de un incremento en agosto justo en este punto, pero podría disminuir aún más si el BoE no indica que todavía sea una opción.

"Estratégicamente, todavía somos bajista en el euro/libra en el medio-largo plazo y consideramos vender el cruce en los repuntes por encima de las 0,885 libras", recomiendan desde Danske Bank.

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