• El coste para el total del país ascendería a 8.100 millones de euros
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Donald Trump, presidente de EEUU

El conflicto con Irán impactará negativamente en el desarrollo del mercado laboral y la economía de España. En concreto, el cuadro 'macro' de previsiones publicado por el Gobierno muestra una pérdida de 150.000 puestos de trabajo si el precio del barril de petróleo avanza por encima de los 75 dólares. Una barrera que el Brent ya ha superado.

Donald Trump abrió finalmente la Caja de Pandora. El presidente de Estados Unidos anunció el martes su abandono del pacto nuclear suscrito con el país de Oriente Medio, y su intención de imponer sanciones al tercer mayor proveedor de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), responsable del 4% de la producción de crudo mundial.

En la parte que nos toca, España es uno de los principales clientes de Irán en cuanto a importaciones de 'oro negro'. Y desde el fin de las sanciones en 2016, tras la firma del citado acuerdo que relanzó al país en el mercado del crudo, nuestro país había duplicado su compra. En 2017, la importación española de petróleo iraní se situó en un 6,7% del total, y en los dos primeros meses de 2018, su peso ha seguido avanzando hasta el 7,25%, según los datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferas (Cores).

Según el Gobierno, el precio actual del barril aumentará la tasa de desempleo por encima del 17% este año

Y la decisión de Trump se pagará caro. Si el petróleo continua encareciéndose España podría perder más de 150.000 puestos de trabajo, aumentando el número de trabajadores en búsqueda activa de empleo por encima las 3.946.100 personas, y disparando la tasa de paro por encima del 17%. Cifra que también difiere de las expectativas del Ejecutivo, que espera cerrar 2018 con una tasa del 15%. Y no es la única previsión que el conflicto trastocaría.

En la actualización del Programa de Estabilidad, el Gobierno simuló un escenario global bajo la influencia de un precio máximo de 75 dólares por barril para variables como el crecimiento de la economía, el consumo privado, el déficit o la deuda pública. En tal caso, el Producto Interior Bruto (PIB) español crecería este año en términos reales un 2%, siete décimas y unos 8.100 millones de euros por debajo del escenario base. El consumo retrocedería dos décimas, en un momento en el que los hogares mantienen la tasa de ahorro en mínimos históricos, y precisan de poco margen para reaccionar ante drásticos cambios de una materia prima de tal influencia. Además, el Gobierno prevé un aumento de la deuda pública del 1,1% sobre el PIB en tal escenario, lo que inflaría el 'debe' de la Administración hasta el 98,1% en el presente ejercicio. Apenas dos décimas por debajo de la obtenida a cierre de 2017.

Pero el impacto más grave se produciría con respecto al déficit. Montoro sueña con alcanzar un superávit del 0,1% para 2021, una realidad que, de afianzarse el actual precio del crudo, sería inalcanzable. El conflicto iraní aumentaría en dos puntos porcentuales el desequilibrio presupuestario de España para ese mismo año.

UN DÓLAR MÁS FUERTE ALIMENTA EL PRECIO DEL CRUDO

Son varios los factores que explican este comportamiento. El petróleo presenta una particularidad entre el resto de materias primas, sólo se puede comprar en dólares. El euro nunca ha conseguido entrar en la puja. El desarrollo macroeconómico global ha llevado al 'billete verde' a apreciarse frente al resto de divisas, con la economía estadounidense creciendo un 2,9% en el primer trimestre de 2018, y el avance de los precios situándose por encima del objetivo del 2% en su última lectura de abril.

La última lectura de crecimiento en EEUU, así como las recientes decisiones de la Fed, fomentan el encarecimiento del crudo

La Reserva Federal (Fed) continúa en su camino hacia la retirada gradual de los estímulos, y mientras Europa y Reino Unido no sigan su estela, el dólar continuará afianzándose. Además, los atractivos rendimientos del mercado de bonos estadounidense atraen a cada vez más inversores, que parecen abandonar el sentimiento de desconfianza que el proteccionismo y la permisiva política fiscal de Trump generaban. Así, los analistas pronostican una prolongada fortaleza del dólar frente a la divisa europea, lo que apoyará el encarecimiento del crudo en el corto plazo.

AUMENTAN LAS PREOCUPACIONES POR UN CONFLICTO MILITAR

Para los analistas de Think Markets, los precios del crudo no están repuntando ante la preocupación por el menor nivel de suministro que puede conllevar un reducido protagonismo de Irán como exportador. "La razón por la que los precios están subiendo es, principalmente, el aumento de las tensiones en Oriente Medio y la sensación de que podrían recrudecerse aún más". Con todo, establecen la próxima resistencia "en los 80 dólares" por barril.

En esta línea, el banco de inversión estadounidense Jefferies afirma que "las exportaciones del petróleo iraní caerán en los próximos meses y esperamos que para octubre se reduzcan entre 500.000 y 1 millón de barriles diarios". Sin embargo, hay indicios en el mercado que apuntan a la voluntad de ciertos miembros de la OPEP, como Arabia Saudí, para incrementar su producción y compensar la pérdida.

España deberá buscar también un nuevo proveedor, mientras los mercados esperan a que EEUU concrete las sanciones que impondrá a Irán. El Departamento del Tesoro de EEUU ha concedido un periodo de gracia de entre 90 y 180 días para que las compañías allí presentes liquiden sus operaciones. El primero de los plazos vence el próximo 6 de agosto.

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