El Banco de Japón (BoJ por sus siglas en inglés) nada completamente a contracorriente. La entidad pilotada por Haruhiko Kuroda, ha anunciado que mantiene su política monetaria estable y hay rebajado la perspectiva de inflación al rango del 0,5% - 1%, muy lejos de su meta de precios de un 2%.
En un momento en que la Reserva Federal está fuertemente comprometida con la normalización monetaria, al anunciar hasta cuatro subidas de tipos este año, y el Banco Central Europeo (BCE) ha puesto fecha al fin de sus estímulos, el BoJ dista de tan siquiera comenzar a discutir una estrategia de salida de su política ultra-flexible. Además, el BoJ ha mantenido su visión de que la economía se está expandiendo moderadamente.
SIN ESTRATEGIA DE SALIDA
El banco central hizo hincapié en mayo en que la discusión sobre una estrategia de desmantelamiento de sus medidas expansivas está fuera de la mesa en un momento en que la inflación se encuentra lejos de su objetivo de un 2 por ciento.
"Comunicaremos detalles sobre cómo planeamos salir una vez que la inflación se acelere hacia el 2 por ciento y las condiciones para alcanzar nuestro objetivo gradualmente estén en su lugar", dijo Kuroda a la Cámara alta del Parlamento en un testimonio semestral el mes pasado.