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La deuda bancaria de las familias se situó en el 61% del PIB en España el año pasado, tres puntos porcentuales menos que en 2016 y 24 por debajo del valor máximo de 2010. Por su parte, la riqueza financiera aumentó un 2,1% en 2017, lo que hizo aumentar el peso de los fondos de inversión, que aumentaron un 3,8%, hasta suponer el 44% de la renta bruta disponible (RBD).

La deuda bancaria de las familias pasó a representar en 2017 una cifra equivalente al 99% de su renta bruta disponible (RBD)

Así se desprende del artículo analítico 'Evolución de los flujos y los balances financieros de los hogares y las empresas no financieras en 2017', publicado este jueves por el Banco de España, que muestra que la deuda bancaria de las familias pasó a representar en 2017 una cifra equivalente al 99% de su renta bruta disponible (RBD), lo que supone un descenso de 3 puntos porcentuales respecto a 2016.

En términos del PIB, la deuda de este sector alcanzó el 61%, tres puntos por debajo del nivel de 2016 y 24 inferior al valor máximo de 2010. En el caso de las empresas, la financiación ajena con coste se situó en el 78% del PIB, cifra 5 puntos porcentuales inferior a la de 2016 y 39 por debajo de los niveles máximos a los que llegó a mediados de 2010.

Al mismo tiempo, el patrimonio financiero bruto de las familias volvió a aumentar, impulsado tanto por la inversión en activos financieros como por las revalorizaciones. Durante 2017, la mayor parte de la inversión de los hogares se materializó en fondos de inversión, seguida por la adquisición de planes de pensiones y seguros y de depósitos bancarios, mientras que las tenencias directas de valores mobiliarios se redujeron. En cambio, en el caso de las empresas, la inversión se volvió a concentrar, principalmente, en acciones y otras participaciones y, en menor medida, en depósitos.

BAJA EL AHORRO PERO SIGUE LA DESINVERSIÓN EN MOBILIARIO

La tasa de ahorro bruto de las familias en 2017 se situó en el 6% de la RBD (1,7 puntos porcentuales menos), lo que supone la prolongación de la tendencia descendente de los últimos años y su nivel más bajo desde 2007. En este contexto, la adquisición neta de activos financieros del sector continuó siendo positiva, pero se redujo en 1,3 puntos porcentuales de su RBD en relación con la cifra de un año antes, hasta cerca del 2% de su RBD.

Según el Banco de España, el aspecto más sobresaliente de 2017 en los flujos de activos financieros de las familias fue la fuerte concentración en las adquisiciones, en términos netos, de participaciones de fondos de inversión (4,3% de su RBD), más del doble que el año anterior. En segundo lugar, y a una gran distancia, se situaron las inversiones en instrumentos de seguros y planes de pensiones (0,8% de su RBD) y en depósitos bancarios (0,6% de su RBD), en ambos casos con cifras más reducidas que las de 2016.

Por otra parte, se prolongó el proceso de desinversión directa en títulos mobiliarios, dado que, por un lado, la inversión neta en acciones y otras participaciones volvió a ser negativa (-2,4% de su RBD) y de mayor magnitud, en valor absoluto, que la observada el año anterior (-1,3 %). El grueso del descenso se siguió concentrando en las acciones cotizadas (-2,2% de su RBD).

Por otro lado, los hogares también redujeron sus tenencias de valores de renta fija (-1% de su RBD), por lo que se prolongó la tendencia descendente iniciada en 2012 (interrumpida únicamente en 2015). Los fondos materializados en efectivo siguieron disminuyendo (por un importe equivalente al 0,8% de su RBD), al igual que sucedió durante los seis años anteriores.

VUELVE A SUBIR LA RIQUEZA DE LAS FAMILIAS

La riqueza financiera bruta de las familias aumentó un 2,1% en 2017, tasa superior a la observada en 2016. Esta evolución fue el resultado de una contribución positiva del volumen de adquisiciones (0,7 puntos porcentuales) y, en mayor medida, de un ascenso en el precio de los activos (1,4*puntos porcentuales), en línea con la revalorización de los índices bursátiles y la estabilidad de las cotizaciones de los valores de renta fija.

En términos de la RBD, el patrimonio financiero bruto de las familias se situó en el 300%, prácticamente la misma cifra de los dos años anteriores. Por instrumentos, el aspecto más destacable de la cartera fue el sensible avance de la importancia relativa de los fondos de inversión, que aumentó en 3,8 puntos porcentuales, hasta suponer cerca del 44% de la RBD. Por su parte, el peso de las acciones y otras participaciones, así como de las reservas técnicas de seguros, se mantuvo estable, en un nivel próximo al 78% y al 50% de la RBD, respectivamente.

Por el contrario, el peso de los depósitos bancarios cayó en 1,7 puntos porcentuales, continuando la tendencia descendente iniciada en 2013, si bien siguen representando el principal componente de la riqueza financiera bruta de los hogares (algo más del 111% de la RBD). Este descenso se concentró, un ejercicio más, en los depósitos a plazo, ya que el peso de las cuentas a la vista se elevó. El efectivo siguió con el perfil descendente de años anteriores alcanzando en 2017 niveles algo inferiores al 9% de la RBD.

Por lo que respecta a los pasivos, la ratio de la deuda de los hogares con entidades de crédito cerró el año en el 99% de su RBD, 3 puntos porcentuales menos que en 2016 y 34 por debajo del máximo de 2008.

Los préstamos para adquisición de vivienda cayeron casi 4 puntos porcentuales con respecto a la RBD, suponiendo el 74% del total, mientras que los destinados al consumo y otros fines aumentaron 0,7 puntos porcentuales, alcanzando un peso cercano al 25%. En cuanto al resto de pasivos, su volumen también creció en relación con la RBD, acercándose al 10% de esta.

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