• Pronostica que España incumplirá los objetivos de déficit pactados con Bruselas
  • Considera que han disminuido las vulnerabilidades financieras
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La economía española crecerá este año un 2,5%, según el pronóstico de la Organización Para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que ha revisado dos décimas al alza su previsión de expansión del PIB, mientras que mantiene la estimación del 2,2% para 2018. El organismo, eso sí, advierte de que sin medidas extra como una mayor presión fiscal con el IVA, el IBI e impuestos verdes, incumplirá (otra vez) los objetivos de déficit público consensuados con Bruselas.

La previsión se sitúa en línea con la del Gobierno y por debajo de otros organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional, que en su última actualización situó la proyección en el 2,3%, la misma que maneja la Comisión Europea. El 2,5% supone una fuerte desaceleración de la economía frente al crecimiento del 3,2% en 2016, aunque sigue a la vanguardia de las economías desarrolladas.

La OCDE aplaude en este sentido las reformas estructurales llevadas a cabo durante los últimos años, como la reestructuración bancaria de 2012, la reforma laboral de ese mismo año o la Ley de Unidad de Mercado adoptada en 2013. De hecho, considera que el saneamiento del sistema financiero y la moderación salarial han contribuido junto con el mayor crecimiento a la reducción de la tasa de desempleo desde "niveles muy elevados y proporcionando a los consumidores un mayor nivel de ingresos". En la última Encuesta de Población Activa (EPA) publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) la tasa de paro bajó al 18,6%, aunque aún sigue por encima de su media histórica que oscila en torno al 17%. En este sentido, las proyecciones de la OCDE incluyen una disminución hasta el 17,5% en 2017 y el 16,1% en 2018.

Pese al crecimiento y a la mejoría del mercado laboral, "sigue siendo difícil conseguir un aumento del bienestar y del PIB per cápita, sobre todo mediante incrementos de la productividad, así como generar un crecimiento más inclusivo". Por ello, la OCDE recomienda promover la inversión empresarial en innovación como palanca para aumentar la productividad, cuyo bajo crecimiento "ha limitado el aumento de los niveles de vida". El organismo cree que si se mantienen las condiciones favorables de financiación aumentará la inversión empresarial en general y también en vivienda.

VIENTOS DE COLA Y... AMENAZAS

Además, el organismo que incluye a las economías más avanzadas señala que España se ha visto beneficiada por vientos de cola como la política monetaria expansiva del Banco Central Europeo (BCE), el bajo precio del petróleo y, más recientemente, la política fiscal expansiva que ha permitido la menor presión sobre las cuentas públicas desde Bruselas.

La demanda interna ha liderado la recuperación económica de España y, según la OCDE, continuará haciéndolo. "Está previsto que el consumo privado mantenga su firmeza gracias a la continua mejora del empleo, a medida que las reformas aplicadas en años anteriores continúen dando sus frutos", señala el documento. Las exportaciones también han sido importantes para los datos recientes de crecimiento al transformar el déficit por cuenta corriente en superávit, pero el 'club de los ricos' anticipa que se moderará por la debilidad de la demanda en los mercados de exportación y "un anémico comercio mundial".

El crecimiento tiene como principales riesgos, según el organismo, que el Gobierno actual en minoría tenga "dificultades para legislar reformas adicionales de calado necesarias para impulsar el crecimiento de manera sostenible". Por otra parte, la ralentización del crecimiento del comercio mundial "podría minar aún más las exportaciones", aunque su exposición al Brexit, una de las principales amenazas para el comercio global, "es moderada". Mientras que las turbulencias en los mercados internacionales podrían encarecer la deuda pública, que roza el 100% del PIB.

ESPAÑA INCUMPLIRÁ EL OBJETIVO DE DÉFICIT

Precisamente la OCDE dedica amplio espacio a las cuentas de las administraciones públicas. Su previsión es que, según los planes actuales de crecimiento del PIB nominal del 3% a medio plazo a partir de 2018, la deuda descienda lentamente hasta el 94% del PIB en 2030. La ratio podría incluso descender hasta el 70% en ese año en un escenario positivo de mayor crecimiento, o dispararse hasta el 110% si ocurre lo contrario.

En cuanto al déficit público, uno de los desafíos latentes del Gobierno al tener un compromiso del 3,1% del PIB para 2017, después de haber incumplido la meta en 2015 y (probablemente, a falta de confirmación) en 2016, la OCDE se une al resto de previsiones para anticipar que se situará por encima. Los economistas del 'grupo' consideran que el agujero de las cuentas públicas supondrá un 3,4% del PIB, lo que implica un desvío de tres décimas, si no hay ajustes adicionales. Para el año que viene la previsión es del 2,8%.

Por ello, la OCDE anima al Gobierno a elevar la recaudación con impuestos que no supongan una "distorsión" para el crecimiento como el IVA, el IBI o tributos relacionados con el medio ambiente. La institución propone considerar una "reforma tributaria de mayor alcance -frente a los cambios impositivos de los últimos años- para mejorar la estructura impositiva, que actualmente está orientada hacia los ingresos laborales y penaliza el crecimiento y el empleo", y que acometa también la contribución a financiar las pensiones sin elevar adicionalmente las cotizaciones sociales.

Gráfico de Porcentual

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