• La institución actuará porque el Brexit pesa más en la inflación que en el crecimiento
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El gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney
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El Banco de Inglaterra afianzará este jueves el cambio de tercio en el que están sumidos varios de los principales bancos centrales del mundo. Salvo sorpresa, la entidad gobernada por Mark Carney encarecerá el precio del dinero en un cuarto de punto. Nada traumático, aunque sí muy simbólico, porque será el primer incremento en una década. Y en pleno Brexit, además.

Fue en julio de 2007. En ese momento, la crisis apenas estaba mostrando las primeras pinceladas, sin que, ni mucho menos, se pudiera intuir la envergadura que acabaría teniendo finalmente. Por eso, y pese a que sus primeros síntomas ya estaban sobre la mesa, la entidad gobernada entonces por Mervyn King elevó el precio del dinero. Un cuarto de punto, del 5,5% al 5,75%.

Y desde entonces, la nada. Ni un incremento por parte de 'La Vieja Dama de Threadneedle Street' en más de una década. Hasta hoy, porque este jueves se espera que evidencie que a los bancos centrales no se les ha olvidado subir los tipos de interés. Si cumple los pronósticos, la institución gobernada ahora por Mark Carney elevará los intereses en un cuarto de punto, para sacarlos del mínimo histórico del 0,25% y llevarlos al 0,50%. El mercado otorga una probabilidad del 90% a este incremento, con lo que la sorpresa sería que no los subiera.

Llegaron al 0,25% aún vigente en dos fases. La primera, y más intensa, se produjo cuando la crisis demostró que iba en serio. Con King aún al mando, el Banco de Inglaterra (BoE, por sus siglas en inglés) redujo los tipos en nueve ocasiones entre finales de 2007 y marzo de 2009, para situarlos en el 0,5%. La segunda se limitó a un movimiento adicional, ya con Carney en Londres y, sobre todo, en un contexto bien diferente: el del Brexit y el 'shock' posterior al inesperado resultado del referéndum del 23 de junio de 2016. Temeroso de lo que pudiera ocurrir, y para mandar al mercado y a la economía el mensaje de que el BoE estaba ahí para hacer lo que fuera preciso, Carney estrujo los intereses un poco más y los redujo al 0,25% en agosto de 2016.

¿RECESIÓN? ¡INFLACIÓN!

Carney, por tanto, temía una recesión. Sin embargo, más de un año después se ha encontrado con que la huella más evidente del Brexit se refleja en los precios. Mientras la entidad persigue una inflación del 2%, en septiembre repuntó al 3%, su ritmo más alto desde 2012. Además, el paro ha descendido hasta el 4,3%, el nivel más bajo desde 1975. Y aunque el crecimiento no es desmesurado, con tasas interanuales del 1,5%, lo cierto es que tampoco se atisban nubarrones contractivos en el horizonte. "La necesidad de tipos más altos surgió de un fuerte aumento en la tasa de inflación en Reino Unido", constatan los analistas de Ebury.

El mercado analizará toda la información que aclare si la subida prevista es la única o si, por el contrario, Carney está dispuesto a iniciar un auténtico ciclo alcista de los tipos

Con este cóctel, Carney, que en 2014 ya abonó el terreno para subir los tipos sin que al final cuajara ese intento, entiende que es momento de dar el paso. De hecho, en las actas de la anterior reunión, celebrada en septiembre, no sólo deslizó que la subida de los tipos estaba próxima, sino que lanzó una advertencia para que nadie de le acuse de actuar por sorpresa. "La política monetaria podría ser endurecida por encima de las actuales expectativas del mercado", avisó.

PENDIENTES DE LA LIBRA

El comportamiento de los precios está condicionado por la libra. Aunque ha contenido el histórico golpe sufrido tras el referéndum de 2016, lo cierto es que desde ese momento acumula una depreciación del 13% contra el euro, hasta los 1,13 euros -0,88 libras por euro-, y un 11% contra el dólar estadounidense, hasta los 1,319 dólares.

Con la subida de los tipos Carney pretende dar impulso a la libra con el objetivo de que deje de ser un factor tan inflacionista. Ahora bien, con límites. "El Banco de Inglaterra se encuentra en una posición incómoda", opinan desde Deutsche Bank. Porque la inflación aprieta, pero la incertidumbre en torno al Brexit y su impacto potencial sobre el crecimiento futuro también.

Por eso los expertos del banco alemán apuntan que habrá que vigilar, además de la propia decisión de subir los tipos, si esta se ejecuta con una importante división en el seno de la entidad, la hoja de ruta ('forward guidance') que ofrezca sobre los intereses y las menciones que realice sobre la inflación. En resumen, toda la información que aporte pistas sobre si el incremento previsto para este jueves es el único o si, por el contrario, marca el inicio de un auténtico ciclo alcista de los tipos.

"Se espera que el BoE suba los tipos de interés por primera vez en una década, pero esta decisión ya debería estar descontada. El mercado buscará cualquier señal de Carney acerca de si habrá más aumentos", constatan desde Rabobank. "Creemos que Carney será reacio a verbalizar la necesidad de una única subida y, en su lugar, prepararía al mercado para un ciclo de subidas muy gradual", apuntan a su vez desde Ebury.

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