• "Necesitamos estar alerta en un momento en que tratamos de restaurar la credibilidad del sistema financiero", reclama Adam Farkas
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Adam Farkas, director ejecutivo de a Autoridad Bancaria EuropeaNoemí Jansana

La reducción de los préstamos dudosos es uno de los temas que pesa sobre una futura unión bancaria europea. Alemania y Francia, cuyo porcentaje de morosidad es del 2% y del 3,2% en 2017, según el Banco Central Europeo (BCE), siguen mostrando su reticencia ante la creación de un fondo de garantía común para todos los miembros de la Unión Europea (UE). Adam Farkas, director ejecutivo de la Autoridad Bancaria Europea (EBA por sus siglas en inglés) apunta a la titulización como parte de la solución para aliviar los balances de las entidades europeas. En concreto, estima que tendrá un impacto de un 17,52%.

“Soy moderadamente optimista en cuanto a la reducción de tasa de mora de las entidades de la UE”, señaló durante un evento en Barcelona, donde ofreció una radiografía del momento en que se encuentra la regulación en torno a la titulización.

Farkas inisistió en que este proceso será “vital para ayudar a los bancos a ‘limpiar’ el problema de los préstamos no seguros (Non Performing Loans) en un momento en que hay una gran “presión regulatoria y supervisora sobre la banca para que tomen en toro por los cuernos en este asunto”. El resto de medidas en que el supervisor bancario lleva años trabajando han provocado una reducción significativa de la tasa de morosidad en España. El año pasado sólo el 4,8% de los créditos entraron en la categoría de dudosos y la mora cayó al 7,8%.

Pero no todo el mundo ha abordado este asunto por igual. En Grecia, el año pasado, estos productos financieros nocivos para las entidades alcanzaron el 46,6%, una cifra que preocupa y mucho en la EBA. “Si hay un número elevado de estos activos en los bancos, deben tener una estrategia en marcha para lidiar con ellos. Como reguladores estamos poniendo las medidas y los marcos regulatorios para que las entidades ajusten sus herramientas internas y sus mecanismos para reducir los impagos”, subrayó Farkas.

TODO A PUNTO PARA LA TITULIZACIÓN

El director ejecutivo de la EBA sacó pecho sobre el “marco de trabajo europeo para la ‘securitización’” que está en marcha en 2018, situación muy diferente a la de hace cuatro años. “Desde 2014 hemos desarrollado las guías de este mercado”, explicó durante una presentación en la que también hubo lugar para la autocrítica. “Me hubiera gustado que hubiera ido más ràpido”, reconoció.

Repasó también el estado de implementación de Basilea III, que ha entrado en la fase de adecuación de los miembros de la UE, proceso que se culminará en 2022, y de otras medidas como la normativa contable IFRS9, que entró en vigor a inicios de este año. Al igual que las presiones para la reducción de los créditos dudosos, esta regulación hace hincapié en los riesgos de crédito y obliga a los bancos a aprovisionar mayores sumas en caso de impagos de sus clientes.

Farkas destacó que ya tienen sobre la mesa alrededor de 28 mandatos regulatorios, de los que 11 de ellos se empezarán a aplicar este año y el resto en los próximos cuatro años. En cuanto a las prioridades de la EBA para 2018, destacó que son establecer los criterios para identificar titulizaciones simples, transparentes y estandarizadas (STS) y fijar las normas técnicas regulatorias sobre la retención de riesgo y el enfoque de créditos adquiridos.

Pero la tarea no acaba ahí y aprovechó la ocasión para instar al resto de participantes del mercado a que hagan sus deberes. “Los estados deben ahora supervisar que se implementen las reglas y los bancos y participantes del mercado deben adaptarse a ellas”, avisó.

“Necesitamos estar alerta en un momento en que estamos tratando de restaurar la credibilidad del sistema financiero”, advirtió a modo de colofón. “Tratamos de crear un marco de trabajo transparente y estable para llevar al mercado a un estado anterior al de la crisis. Como industria debemos tener claro que no debemos permitir que vuelva a haber una debacle bancaria como la vivida en 2008”. “Para el beneficio de la economía debemos ceñirnos a los límites que tenemos”, dijo a modo de conclusión.

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