• Por primera vez habrá un campeón que no sea Brasil ni España
  • La lesión de Lozano ha podido resultar clave

La selección española cayó eliminada por 6-2 este sábado ante una Rusia que se aprovechó de los errores inusuales de los de Venancio. Esta será la primera vez que ni el combinado nacional ni Brasil consigan llevarse el trono a sus vitrinas.

Se acabó el sueño. Aunque todo parecía que estaba de cara con la eliminación de la Brasil de Falcao, España tendrá que facturar e ir al aeropuerto una semana antes de lo deseado. El topicazo de los errores se pagan caro, se cumplió y los bicampeones del mundo acabaron goleados ante una Rusia que se ha ganado el derecho a soñar con llevarse su primer mundial.

España supo reponerse al tanto inicial, pero una mala segunda parte condenó a los de Venancio

Lo que ocurrió anoche sobre el 40x20, a veces es difícil de explicar. Cuando España y dominaba en todas las facetas del choque en el inicio del choque, un bidón gigante de agua congelada cayó sobre la cabeza de los jugadores. Gol de Rusia. Afortunadamente, en se momento, los de Venancio empataban a uno gracias a la réplica de Rivillos. Las cosas se ponían de la mejor manera cuando Miguelín ponía por delante a los bicampeones del mundo. Y hasta ahí. En ese momento, España se diluyó como azucarillo en un café de bar cuando le pides al camarero la leche bien caliente.

En el minuto 14, España parecía un dominó derribándose minuto a minuto y antes del descanso ya perdía por 3-2 por los goles de Chishkala y Lima.

UNA DIFÍCIL DIGESTIÓN

Tras el empacho de goles en los minutos iniciales a España no le sentó nada bien la siesta del descanso y la debacle llegó con el paso del choque. Como si de una fabada se tratase, el partido se le hizo demasiado pesado y los errores comenzaron a llegar. Un gol en propia puerta de Fernandao y una superioridad numérica que no se aprovechó fueron la tumba para la selección.

Rusia se defendió con el cuchillo entre los dientes y dejó pasar el tiempo mientras los goles se sucedían. El final, ya lo saben, un 6-2 que deja una herida muy grande que tardará en cicatrizar. Quien sabe si con Lozano todo hubiese sido diferente...

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