• Jugada en el último segundo victoriosa
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El Real Madrid cerró su mala racha en la Liga Endesa y lo hizo del mejor modo posible, aunque muy sufrido, tras llevarse este domingo en el WiZink Center el Clásico por 76-75 ante un FC Barcelona Lassa que lo tuvo en su mano, pero que no evitó otro milagro de Sergio Llull.

El de Mahón resultó decisivo una vez más esta temporada y evitó que el actual campeón encadenase su cuarta derrota consecutiva frente a su eterno rival, aguerrido y que supo jugar con sus armas, pero que no cerró su trabajo para darse una buena alegría en una temporada compleja.

El de Mahón resultó decisivo una vez más esta temporada y evitó que el actual campeón encadenase su cuarta derrota

El conjunto azulgrana fue capaz de levantar un mal segundo cuarto y una desventaja de once puntos y, gracias a Ante Tomic, tenía el encuentro casi ganado a falta de casi siete segundos. Sin embargo, el 'factor Llull' volvió a emerger y el base madridista, rodeado de brazos, lanzó bombeado desde cuatro metros y dejó el triunfo en casa.

El Barça empezó fuerte y firme en su principal misión de controlar el rebote para evitar que el Real Madrid impusiese su ritmo. Los aros fueron suyos y desde ahí comenzó dominando el partido, ayudado también por su saber hacer a la hora de mover el balón y encontrar siempre un pase extra. El resultado: una primera escapada (7-15) ante un rival donde sólo respondía Maciulis.

El alero lituano anotó los nueve primeros puntos locales, pero se tuvo que ir inmediatamente al banco por dos faltas, mismo problema para Ayón, Perperoglou y Koponen, producto de la intensidad en cada acción. Los de Bartzokas siguieron dominando hasta que, después de un tiempo muerte, los de Laso cerraron la 'herida' del rebote y con la aparición de Randolph y Llull igualaron el partido (23-23, min.10).

La dinámica que había tomado el partido continuó en el segundo periodo, pese al erróneo inicio madridista que permitió al Barça volver a tomar la iniciativa. El encuentro se trababa por momentos y las faltas eran las protagonistas hasta que los locales apretaron el acelerador ayudados por su mayor profundidad de banquillo, que le permitía guardar por las faltas a Maciulis y Ayón.

El Real Madrid cerró el rebote, elevó su intensidad defensiva y con el trabajo de Doncic y Hunter fue minando poco a poco a los azulgranas, lastrados por su obsesión sin excesivo resultado en el triple (2/16, 0/8 en el cuarto), sus pérdidas (7) y por la falta de impacto de Tyrese Rice. Los de Laso fueron abriendo poco a poco brecha y se fueron al descanso con el ánimo por las nubes con el ya casi habitual triple sobre la bocina de Llull (47-36).

EL BARÇA SE REENGANCHA DESDE ATRÁS

El conjunto de Bartzokas recuperó parte del juego con el que más había dominado y su salida de vestuarios le mantuvo dentro del encuentro ante un rival que esta vez no encontraba el aro con facilidad desde el exterior porque por dentro los azulgranas, liderados por Tomic, se esmeraban en cerrar todos los caminos, mientras que en ataque tomaba la iniciativa Perperoglou ante la continua desaparición de Rice.

El actual campeón lograba continuar con la iniciativa en el electrónica, pero en ataque no se le terminaba de ver cómodo y vio como su renta de antes del descanso se agotaba (54-51, min.27). Laso pidió tiempo muerto para refrescar ideas ofensivas y pese a la mejora, con la vuelta de los triples, los nuevos problemas en el rebote dejaban a los culés enganchados al partido a falta de sus diez últimos minutos (62-57).

El entrenador vitoriano recurrió de nuevo a Hunter y Doncic para el cuarto final para subsanar los problemas reboteadores y ambos respondieron fajándose en esa faceta. Los ataques se atascaban y cada canasta costaba en esos minutos mucho trabajo. Esto favoreció a los visitantes para meterse en un encuentro, detenido a falta de 4:33 para homenajear el récord reboteador de Felipe Reyes con 65-62.

Un nuevo triple de Eriksson apretó el choque (66-65) y abrió un nuevo partido de poco más de tres minutos donde el primer protagonista quiso ser Carroll que con una canasta tras rebote ofensivo y un '2+1' daba aire a los suyos (71-65, min.38). Rice, por fin, replicó (71-69) y tres inocentes pérdidas madridistas se lo pusieron en bandeja a los de Bartzokas que con un gancho de Tomic volteaban el marcador (71-72). El croata tomó la responsabilidad de los suyos en los instantes decisivos, pero también Llull y el cuarto Clásico del año fue blanco.

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