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Street Scene se estrena en el Teatro RealTEATRO REAL

MADRID, 14 (EUROPA PRESS)

Con 'Street Scene', la pieza que ha estrenado este martes el Teatro Real, pasa que uno cree a ratos que al acabar se va a encontrar en medio de los luminosos tubos de neón que se descuelgan de todo Broadway y, a otros, que está seguro de que al salir se va a topar con el Palacio Real de la Plaza de Oriente. Híbrido entre ópera y musical, su compositor, el alemán Kurt Weill (1900-1950), quiso inaugurar un nuevo género que no encajase ni en las tablas más clásicas ni en los modernos escenarios americanos.

Por eso decía Joan Matabosch, director artístico del coliseo madrileño -que la coproduce junto con las óperas de Montecarlo y Colonia- que los puristas tenían que estar desconcertados con este montaje y con casi todo el repertorio de la temporada. Pues desorientado o no, el público se ha rendido al tenor puertorriqueño, nacido en Madrid, Joel Prieto, que asistía descolocado al éxito de su actuación al término de la función.

Probablemente, han sucumbido a la combinación de talento vocal y capacidad dramática de Prieto, que ya actuó en Madrid en 'La flauta mágica'. Pero, quizá, también ha ayudado que encarnara al personaje más honesto de la obra, Sam Kaplan, el único al que se es capaz de vislumbrar fuera de la espiral de miseria que atrapa al resto de los seres humanos que componen esta historia coral.

Tampoco han faltado los aplausos a la orquesta, al frente de la cual estaba Tim Murray, que ha encadenado jazz, swing o blues con acordes más propios del verismo, y fusión de partes habladas, arias, dúos, números de conjunto, de baile y canciones.

Igualmente, se ha premiado la dirección escénica de John Fulljames --director de la Ópera Real de Dinamarca--, por su recreación de un edificio neoyorquino del Lower East Side en el Nueva York de posguerra -con luminosos al fondo- sembrado de seres humanos de distintas procedencias y destino trágicamente común.

Fulljames y Murray ya habían participado en un montaje 'low cost' de 'Street Scene' que se estrenó en el Liceu en 2013, pero se aventuraron a advertir de que esta versión es "enorme" en comparación, tan grande que el Teatro Real ha tenido que desmontar la fila uno del patio de butacas porque se la ha 'tragado' la orquesta. Se ofrecerán diez funciones de este nuevo montaje entre los días 13 y 18 de febrero, y entre el 26 de mayo y el 1 de junio.

Loas también han recibido los intérpretes de la familia Maurrant Paulo Szot, en el papel de Frank, la también cantante de cabaret Patricia Racette, como su esposa Anna, y Mary Bevan, como la hija de ambos, Rose.

Incluso el foxtrot del primer acto ha recibido el favor del respetable y a más de uno le han dado ganas de terminar la noche en una sala de baile. Tal vez por ello, entre los presentes no ha faltado quien evocase 'West Side Story', el posterior drama musical dirigido en 1961 por Robert Wise y Jerome Robbins, y protagonizada por Natalie Wood, Richard Beymer y Rita Moreo.

Por saludar al término de la representación, ha saludado hasta un bulldog francés, de nombre real 'Mica' y 'Queene' en la ficción, pese a que su papel ha sido anecdótico. Al igual que el del amante de Ana Maurrant, cuyo encuentro amoroso da lugar al desenlace trágico de este mosaico de vidas cosidas a una comunidad de vecinos, en su mayor parte inmigrantes, de un barrio marginal de la gran ciudad.

Basada en la obra teatral homónima ganadora de un Pulitzer de Elmer Rice, que se encargó del libreto junto al poeta y activista afroamericano Langston Hughes, 'Street Scene' narra las vicisitudes de una comunidad de vecinos que crecieron "en las calles oscuras entre la miseria y el sufrimiento", como relata Anna Maurrant.

Entre todas esas historias, Weill ilumina algunos dramas que tienen que ver con la violencia de género, los desahucios o el acoso sexual y callejero a mujeres, y que ponen de manifiesto que la actualidad ya estaba de actualidad en los años 40 del siglo pasado.

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