MADRID, 30 (EUROPA PRESS)

El Museo Thyssen-Bornemisza celebra el próximo año su 25 aniversario y entre sus retos destacan la atracción del público extranjero y la búsqueda de más socios duraderos que contribuyan a la sostenibilidad de la pinacoteca, un requisito financiero imprescindible que compite con la presencia de los patrocinadores en eventos deportivos y en actividades con fines sociales, y que se ha visto perjudicado en los últimos años por la visión elitista de la cultura.

"La crisis ha convertido a las instituciones culturales a los ojos de cierto público en juguetes para ricos, injustamente", ha manifestado durante una entrevista concedida a Europa Press el director del Thyssen, Guillermo Solana.

En 2012, el Thyssen dejó de contar con el patrocinio de Caja Madrid, una fórmula que está "definitivamente cerrada" porque "ya no hay entidades dispuestas a firmar un acuerdo de ese calibre", según ha explicado Solana. Además, alude al abandono de contenidos culturales en favor de otros más populares, como los deportivos, un campo "hegemónico y dominante" que ha "absorbido" el patrocinio de muchas de las instituciones porque "llega a un público más amplio".

A ello se suma la valoración del arte como "alta cultura" en los últimos 10 o 15 años, una tendencia a su juicio "peligrosa" porque se ve como una dimensión "elitista" y como un "privilegio de unos pocos", curiosamente, en un momento en el que el arte está "al alcance de todos más de lo que lo ha estado nunca", según precisa.

Por ello, las entidades prefieren asociar su imagen corporativa a acciones sociales que favorezcan la integración o que estén destinadas a la educación, más popular que la cultura. "Ni pensamos en los ricos ni nuestros precios son para ricos, sino en el público más amplio y que sea accesible para todos", ha recalcado Solana, quien precisa que "la alta cultura es tan social e imprescindible como todo lo demás".

En este sentido, ha señalado que nota en el tratamiento de la cultura de algunos nuevos gobiernos municipales --entre los que no se encuentra Madrid, tal y como subraya-- el "riesgo" de dejar de lado a la alta cultura como un "asunto de privilegiados que no concierne y que no tiene nada que ver con la vida de la gente".

No obstante, y a pesar de estas amenazas, actualmente el Thyssen cuenta con una autofinanciación cercana al 75 por ciento y desde 2012 ha pasado de no contar con ningún apoyo privado a sumar un total de 19 patrocinadores y colaboradores a día de hoy.

Solana ha destacado que el Thyssen ha sobrevivido a la crisis gracias, por un lado, al "subsidio" del Estado que siempre ha existido desde el nacimiento del museo, que ronda los cinco o seis millones al año, una proporción que no es muy grande respecto a los 20 millones de presupuesto, según apunta. A ello se suman los "esfuerzos redoblados" para atraer el público y para conseguir que las exposiciones cuesten "la mitad" que hace un lustro.

Preguntado por sus expectativas ante el próximo Gobierno, Solana ha indicado que no espera "nada" del próximo Ejecutivo y solo quiere que las cosas se queden como están. "Que nos dejen trabajar como ha hecho el gobierno saliente y se respete la autonomía profesional del museo, que ha sido capaz de conseguir lo máximo con un presupuesto ajustado", ha dicho.

A su juicio, "un error de la cultura es esperar que la política resuelta la vida". "Los políticos pueden ayudar a resolver el problema localizado, pero no hay que esperar un milagro político, ni individual ni institucionalmente", ha subrayado.

CARMEN THYSSEN: "TIENE VOLUNTAD DE ESTAR AQUÍ"

Respecto a la prórroga del contrato de préstamo de la Colección Carmen Thyssen al Estado español, firmada el pasado mes de abril, y futuros acuerdos para la permanencia de la colección, Solana ha asegurado que la baronesa "siempre" ha mostrado una "voluntad inequívoca", al margen de las polémicas que han aparecido en la prensa, de "estar en este museo".

"Tiene voluntad de estar aquí porque, si no, no podríamos trabajar", ha destacado el director del museo, quien, a pesar de que la renovación es anual, asegura que Carmen Thyssen le permite proponer préstamos de su colección a dos y tres años vista porque "confía en el museo más allá del acuerdo con el Gobierno".

No obstante, ha puntualizado que "si la colección tiene que irse", algo en lo que cree que ella tiene "derecho", esto "no comprometería la supervivencia del Thyssen", aunque ha reconocido que supondría "la pérdida de una representación importante". En cuanto a la posibilidad de su adquisición por parte del Estado, ha señalado que en la época en la que la socialista Carmen Calvo fue ministra lo intentó, pero ese deseo quedó a un lado por culpa de la crisis, lo que en su opinión no significa que no se pueda retomar.

BREXIT: "ENCARECERÁ LOS INTERCAMBIOS"

Guillermo Solana considera que los museos son parte de un "circuito internacional" y de una "red que es muy frágil" y "muy sensible a las rivalidades políticas, las tensiones internacionales, a las amenazas terroristas y a las guerras comerciales".

Por ello, cree que si Reino Unido finalmente sale de la Unión Europea, esta situación "afectará y encarecerá" los intercambios con los museos británicos que "ahora son muy buenos". "Tenemos una magnífica relación con la National Gallery y la Tate de Londres, entre otros, y la salida significaría un deterioro para esa relación", ha manifestado Solana, quien augura una "catástrofe" si se sumasen más países.

Sin embargo, es optimista y cree que "el Brexit se reconducirá" porque está convencido de que "las tendencias disgregadoras son malas", puesto que "lo que favorece es la armonía e integración global". "Lo que los museos podrían hacer se multiplicaría por mil", ha reflexionado.

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