Stephen Hawking vio la salida del enigma de los agujeros negros gracias a la mecánica cuántica y unas particulas que se escapaban de los mismos. Después de cinco años un físico ha podido imitar la actividad de un agujero negro dentro de un laboratorio para probar la teoría de Hawking.

El análago de estos grandes desconocidos agujeros negros fue creado por la captura de ondas de sonido que utilizaban un fluido extremadamente frío. Estos objetos algún día podría ayudar a arrojar luz sobre la paradja de la información del propio agujero negro y esta es si la información que atrae hacía sí el agujero negro desaparece para siempre.

Hace 40 años Hawking anunció que los agujeros negros no son totalmente negros a raíz de un cálculo de una pequeña cantidad de radiación y su capacidad para escapar de la atracción del agujero negro.

Y es según éste principio de Hawking se puede afirmar que grandes fluctuaciones en la energía pueden suceder durante breves instantes de tiempo. Por lo que el vacío del espacio no está vacío, sino más bien es un cúmulo de partículas y sus equivalentes de antimateria. También cabe mencionar los pares de partícula-antiparticula creados continuamente y a continuación se destruyen entre sí.

Jeff Steinhauer, físico del Instituto-Israel de Tecnología en Haifa, ha utilizado una serie de átomos de rubidio enfriados a menos de una mil millonésima de grado por encima del cero absoluto. De esta forma, los átomos están más apretados y se comportan como un solo objeto cuántico fluido. Así proporciona un medio silencioso para el paso de las ondas sonoras que surgen de las fluctuacion cuánticas.

Las ondas de sonido que viajan en sentido contrario al del fluido son capturadas y por esto se convierte en un sustituto para el horizonte de sucesos de la gravedad. Los pares de sonido se producen en un vacío de laboratorio, imitando pares partícula-antipartícula en el vacío del espacio. Y aquellos que se encuentran a medio camino de este horizonte de sucesos sónico se convierten en el equivalente de la radiación de Hawking.

Tras este proceso Steinhauer marcó un segundo horizonte de sucesos sonoro dentro del primero, el ajuste del fluido, de esta forma las ondas sonoras no podían pasar este segundo horizonte de sucesos, y eran recuperadas. A raíz que las ondas golpean repetidamente el horizonte exterior, crean más pares de ondas de sonido, amplificando y por lo tanto, mostrando la radiación de Hawking a niveles detectables.

Actualmente Steinhauer trabaja para desarrollar la tecnología para poder estudiar el agujero negro artificial sin necesidad de aumentar la radiación sónica.

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