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No falla. Cuando las tensiones geopolíticas emergen, los inversores buscan la protección de los activos refugio. Así ha vuelto a verse esta semana, cuando Corea del Norte disparó la tensión militar con el lanzamiento de un misil que sobrevoló territorio japonés y los inversores, de manera automática, se movieron hacia los metales preciosos.

Este incidente se produjo un mes después de que el régimen de Kim Jong-un probase su segundo misil balístico intercontinental, al que Donald Trump respondió con un tono inusualmente beligerante, prometiendo “fuego y furia”. Estos acontecimientos se tradujeron en caídas para el conjunto de las bolsas mundiales, principalmente las europeas y asiáticas, y fuertes subidas en el oro y la plata, entre otros metales.

El oro es el activo refugio por naturaleza, el activo al que todos los inversores recurren cuando las dudas acechan a los mercados. Una de las ventajas de invertir en oro es su alta liquidez, pues se puede convertir fácilmente en moneda, además de que su valor monetario no está controlado por ninguna autoridad (banco central). Muchos inversores compran oro físico como una forma de invertir y de proteger la riqueza de la continua devaluación del dinero fiduciario.

Dado que este metal, al igual que la plata, se negocia en dólares, el hecho de que el 'billete verde' se aprecie con fuerza le resta atractivo. Y viceversa. Como muestra un botón: el dólar se ha depreciado contra el euro un 13% en el año y en el mismo periodo el oro acumula una subida en la misma proporción.

Podemos invertir en oro de distintas formas. Comprando lingotes o monedas y aquí tenemos el problema de la seguridad porque... ¿dónde lo guardamos? O a través de ETFs (fondos cotizados), que invierten directamente en lingotes de oro o en compañías relacionadas con la minería. ¿Cómo se encuentran, técnicamente hablando, el oro y la plata?

PENDIENTE DE LOS MÁXIMOS DE 2016

A lo largo de este año, tres han sido los intentos de dejar atrás la importante zona de resistencia de los 1.295 dólares. Cada vez que se enfrentaba a este nivel, los precios de la onza de oro se giraban de nuevo a la baja. Sin embargo, este lunes el metal precioso pulverizaba con claridad esta resistencia después de tres intentos fallidos.

Por lo tanto, y por definición, la zona de los 1.295-1.300 dólares pasa a ser ahora soporte. Llegados a este punto la siguiente zona de resistencia, la más inmediata, la encontramos en los máximos de noviembre (1.337 dólares) y por encima tenemos los máximos de 2016 en los 1.375 dólares. Lo realmente importante en mi opinión vendría de la mano de la superación de los máximos de 2016, ya que desde ese momento podemos empezar a hablar de un cambio de tendencia, de lateral a alcista, en el oro. A pesar del rally de las últimas semanas, el metal precioso cotiza un 30% por debajo de los máximos históricos que alcanzó en septiembre de 2011 en los 1.920,80 dólares.

LA PLATA BRILLA MENOS

La plata no presenta la misma fortaleza que el oro; de hecho, en el corto plazo cotiza en plena zona de resistencia. Si tomamos los máximos de 2016 y de 2017, obtenemos una directriz bajista que pasa justo por los niveles actuales de precio, la zona de los 17,50 dólares.

Además, los máximos de junio en los 17,74 dólares (último máximo decreciente) son también resistencia. Por lo tanto, el rango entre los 17,50 y los 17,75 dólares es resistencia. Solo en el caso de que el 'hermano menor' del oro dejara atrás la resistencia apostaríamos por un desenlace hacia los máximos anuales, en los 18,64 dólares y por encima no descartaremos, incluso, los máximos de 2016 en los 21,11 dólares. Es más, la superación de los máximos de 2016 estarían confirmando una gran figura de vuelta en términos de medio y de largo plazo, antesala de una vuelta a la zona de los 30 dólares.

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