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MADRID, 23 ABR. (Bolsamania.com/BMS) .-

¿Tiene talento y quiere cambiar de trabajo? Cuidado. No es tan fácil como parece, ni si quiera en Silicon Valley, el centro neurálgico del talento tecnológico del planeta. Y es que, la creencia popular apunta a que si no estás conforme con tu trabajo y tienes talento allí existen muchas compañías en el mercado que podrían llevarte a mejorar tu situación laboral.Sin embargo, ahora imagine que allí los altos directivos de las corporaciones se dedican a realizar llamadas y enviar e-mails para intentar que otras empresas del sector no fichen a sus trabajadores.

Así, sin saberlo, y tal como recogen varios medios de referencia en Estados Unidos, las tecnológicas, como por ejemplo Apple, Intel, Google o Adobe, se habrían asegurado durante años que sus empleados no pudieran cambiar de compañía, lo que les permite además de asegurarse el talento, que sus costes laborales se mantengan “a raya”.

Según medios como New York Times, casi 65.000 empleados de Silicon Valley han iniciado la que sería una de las mayores demandas civiles contra las grandes tecnológicas acusándolas de pactar contra sus empleados y alegando que han perdido la friolera de 3.000 millones de dólares en salarios. De ganar el pleito, los trabajadores podrían recibir hasta tres veces esta cantidad como compensación, nada más y nada menos, que 9.000 millones de dólares, que saldrían de los bolsillos de dichas corporaciones.

Por si todo esto fuera poco, la historia ha sufrido otra vuelta de tuerca, y es que uno de los trabajadores que ayudó a poner en marcha la demanda colectiva, Brandon Marshall, ha fallecido al ser disparado por un ayudante del sheriff. Marshall, que fue empleado durante seis meses de Adobe, se encontraba trabajado en Roku (compañía de televisión en streaming), cuando comenzó a comportarse de forma extraña y ante esta situación varios de sus compañeros llamaron a emergencias. Fue entonces cuando al llegar al lugar de los hechos y encontrar a Marshall muy agitado, el agente temió por su vida y le disparó en el pecho.

Michael Devine, otro representante de la demanda colectiva, que había trabajado también en Adobe, dijo que Marshall se había visto afectado por las reacciones en las redes sociales a dicho caso. La sombra de sospecha se extiende por Silicon Valley y es que muchos pueden interpretar la muerte de Marshall como un “daño colateral” derivado de los acuerdos clandestinos que durante años las grandes tecnológicas habrían estado llevando a cabo en contra de sus trabajadores.

J.S.
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