• Las obras también provocan descontento social
  • España acudía con un consorcio entre empresas públicas y privadas

La línea de alta velocidad entre Río de Janeiro y São Paulo, en la que España tenía grandes intereses, sigue en 'stand by' por las protestas sociales y la proximidad de las elecciones del 5 de octubre.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha decidido posponer la decisión de retomar las obras del AVE en el país, a cuya licitación tenían previsto acudir dos empresas españolas -una de ellas con grandes posibilidades-. El proyecto, valorado en 2.500 millones de euros en su primera fase, ya quedo congelado hace un año y ahora parece que seguirá aparcado, sin una fecha concreta de inicio, según informa Expansión.

Este diario destaca que la presión social y el clima de protestas en el que está inmerso el país han provocado que el Ejecutivo de Rouseff haya decidido mantener el proyecto en suspensión, al menos otro año. La presidenta de Brasil no quiere arriesgarse a añadir más leña al fuego, iniciando unas obras que son vistas por muchos brasileños como una inversión para los más ricos.

ESPAÑA, SIN NOTICIAS DEL CONCURSO

La implicación del Gobierno español en las obras del AVE en Brasil se había vertebrado a través de un consorcio en el que participaban las empresas públicas: Adif, Ineco y Renfe; y las privadas: Talgo, Cobra, Inabensa, Elecnor, Thales España, Indra, Dimetronic y Bombardier España.

Fuentes oficiales, consultadas por Expansión aseguran no haber vuelto a tener noticias del proyecto.

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