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MADRID, 10 OCT. (Bolsamania.com/BMS) .- No es ninguna novedad que los bancos domésticos acuden siempre y desempeñan un papel determinante en las subastas de deuda soberana de sus países. Tal es su rol, que los expertos de Nomura consideran que, en los casos de España e Italia, “han permitido probablemente a ambos países evitar pedir ayuda externa y podría proporcionarles un muy significativo colchón en caso de una renovada presión vendedora extranjera”.

En un informe sobre la capacidad de los bancos italianos y españoles para absorber la deuda de sus países, Nomura apunta al uso de las inyecciones de liquidez a largo plazo (LTRO) del Banco Central Europeo (BCE) y al desapalancamiento del sector privado como los artífices de que las entidades domésticas hayan podido comprar bonos soberanos: “Esta dinámica de reciclaje interno ha permitido probablemente a ambos países evitar pedir ayuda externa y podría proporcionarles un muy significativo colchón en caso de renovada presión vendedora extranjera”.

¿Es esto sostenible en el tiempo? Nomura contesta: “Asumiendo que el desapalancamiento en España e Italia continúe al mismo ritmo el año próximo, los bancos domésticos de ambos países tendrán suficiente capacidad compradora para absorber las emisiones completas de sendos Tesoros. Controlar el ritmo de desapalancamiento se convierte así en un factor crítico para valorar si este proceso puede continuar y cómo de fuertes son las 'manos domésticas'. Esto, asumiendo que no habrá una aceleración crítica en la devolución de las LTRO”.

Esta situación se produce, además, en medio de un intenso debate entre los políticos sobre cómo tratar la exposición de la deuda soberana. La última vez que las autoridades europeas, recuerda Nomura, afrontaron este problema, fue en otoño de 2011, y después el sistema financiero sufrió una congelación que obligó a inyectar miles y millones de euros en liquidez. Por ello, Nomura cree que el mayor riesgo a la hora de evaluar la exposición de los bancos a la deuda soberana es cómo la traten supervisores y reguladores. “A juzgar por los últimos comentarios de la Autoridad Bancaria Europea (EBA por sus siglas en inglés) y el Bundesbank, este debate está lejos de cerrarse. A corto plazo, todos los ojos deberían posarse sobre las evaluaciones de calidad de activos (AQR) que va a llevar a cabo del Banco Central Europeo (BCE). Cualquier señal de que estos supervisores están a favor de volverse más precavidos sobre el riesgo de la deuda debilitará de forma dramática el poder comprador de los bancos. Asimismo, los incentivos para devolver las LTRO no son buenas para que los bancos sigan apoyando a sus soberanos”.

Ayer mismo, el Tesoro de España se jactaba de colocar deuda a 31 años, el vencimiento más largo desde 2009, con un 65% de interés extranjero. Parece que el ministerio de Economía es consciente de la importancia de que los inversores internacionales vuelvan a comprar bonos españoles para “descargar” al maltrecho sistema financiero español.

María Gómez
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