• Aseguran que Madrid es la comunidad que más trabas pone a su llegada, pese a tener una normativa en teoría favorable
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Las gasolineras automáticas han iniciado una batalla legal contra las últimas medidas que se han promulgado y que, según dicen, supondrán grandes trabas para su negocio y provocarán el cierre de decenas de estaciones de este tipo. La Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas (AESAE) ha emprendido una batalla legal contra el Gobierno y algunas autonomías por haber limitado el repostaje a 75 litros como máximo, o una permanencia de 3 minutos en la estación, y por querer cerrar estas gasolineras cuando sople un viento de 19 kilómetros por hora.

Manuel Jiménez, presidente de AESAE, ha explicado cuáles son las medidas que han emprendido en una rueda de prensa con la que la Asociación se ha presentado en sociedad. Estas gasolineras, muy criticadas desde su nacimiento (las primeras empezaron a surgir en 2012), denuncian las trabas constantes que han sufrido y que seguirán afectando a su negocio a partir de ahora. Y es que las últimas medidas aprobadas tanto por el Gobierno como por algunas autonomías van a asestar un duro golpe a estas estaciones, según ha denunciado la propia AESAE.

En España hay actualmente de 560 estaciones automáticas, lo que representa un 5% del total de 11.180 gasolineras del país

La primera de ellas es la que limita el repostaje en estas instalaciones a 75 litros o 3 minutos de permanencia, impulsada por el Gobierno a través del Real Decreto 706/2017, que en la práctica hará que camiones, furgonetas y otros turismos grandes como todoterrenos no puedan llenar sus depósitos en estas gasolineras 'low cost'. La Asociación ya ha recurrido la medida ante el Tribunal Supremo, y denuncia cierto oscurantismo por parte del Ejecutivo central, en tanto que esta medida no estaba en el borrador que se dio a conocer, ha sido aprobada sin informe del Consejo de Estado y, sin embargo, "apareció en la versión final publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE)". Según Jiménez, se trata de una medida "arbitraria" porque obliga a estas estaciones sin personal a hacer un negocio de "menudeo", lo que se va a traducir en "miseria" y en el cierre de muchas de estas gasolineras.

Por otro lado, en lo que respecta a las limitaciones por la velocidad del viento, el frente está por el momento en el País Vasco, que es la comunidad que ha prohibido a estas estaciones abrir si el viento sopla a más de 18,9 kilómetros por hora, para garantizar que los extintores automáticos que hay colocados en la estación puedan funcionar en condiciones óptimas en caso de incendio. En AESAE creen que hay muchas posibilidades de que otras regiones acaben copiando la norma vasca, y si finalmente es así, provocará que las estaciones automáticas queden "fuera de la costa o de regiones donde más viento haya, como Aragón".

Tampoco en este caso se han quedado con los brazos cruzados, y ya están estudiando cómo recurrir este asunto. Según Jiménez, han intentado contratar a dos empresas de ingeniería nacionales de "alto nivel" para que elaboren un estudio objetivo sobre el efecto del viento en la acción de los extintores, aunque sin éxito. El presidente de AESAE ha asegurado que ambas se han negado alegando "falta de tiempo", por lo que la Asociación ha decidido denunciar el caso ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). El problema es que hasta que no tengan ese informe no podrán acudir a los tribunales a recurrir la normativa del País Vasco. "No han dado argumentos para sostener esta medida", ha lamentado Jiménez, que ha asegurado que estas normas de repostaje y viento "no existen en ningún país de Europa".

La Asociación, formada por 24 operadores (entre ellos Ballenoil, Bonárea, Naftë y Petroprix) que tienen 350 estaciones automáticas en toda España, representa al 60% del sector y denuncia las trabas que les impiden operar en muchos puntos del país y que suponen un ataque al "libre mercado". En España hay actualmente de 560 estaciones automáticas, lo que representa un 5% del total de 11.180 gasolineras que existen en todo el país. Una cifra muy alejada del 65,9% que suponen estas gasolineras en Dinamarca o del 61,1% de Suecia, según datos aportados por AESAE.

La primera batalla que emprendieron contra la legislación que impedía la instalación de estaciones automáticas, al exigir la existencia de personal para atenderlas se saldó con una victoria para estas gasolineras. Primero denunciaron el caso ante la Comisión Europea (allá por 2016), y luego lograron el respaldo de la CNMC. Las comunidades autónomas han ido modificando poco a poco sus normativas, y cada vez son más las que están en proceso de eliminar las barreras que existían hasta ahora. Aunque hay una que, según AESAE, sigue poniendo problemas a la instalación de estas gasolineras pese a haber modificado su normativa.

Los consumidores pueden ahorrarse de media entre 150 y 250 euros al año repostando en gasolineras 'low cost'

MADRID 'IMPIDE'

Se trata de la Comunidad de Madrid. Según ha explicado Manuel Jiménez, esta región tiene una legislación favorable pero en la práctica es la que más "barreras" pone al "libre mercado en el repostaje". La legislación dice que está prohibido repostar en una gasolinera fumando, hablando por el móvil, con la radio encendida o con el motor en marcha, entre otras cosas, y las autoridades madrileñas consideran que eso sólo se puede garantizar si hay un empleado o un sistema especial en la estación que impida el suministro de combustible en estos casos. Por ello, ha cambiado sustancialmente la norma y ha pasado a decir que "impedirá" la instalación de gasolineras que no garanticen que estas situaciones no se van a producir.

"Es una forma de restringir nuestro modelo de negocio" a través de una "interpretación injustificadamente restrictiva de la norma", ha dicho el presidente de AESAE. Algo que "va en detrimento" de los consumidores, que según esta Asociación pueden ahorrarse de media entre 150 y 250 euros al año repostando en gasolineras 'low cost'. Por su parte, las que menos trabas ponen a este negocio son Cataluña, Valencia y Andalucía, y eso se traduce en que son las comunidades con mayor número de este tipo de estaciones, concretamente 120, 81 y 70, respectivamente, frente a las 64 de Madrid.

En 2017, los miembros de AESAE sumaron un total de 29 millones de repostajes, y sólo 3,5 quejas a Consumo por cada millón de repostajes. Además, el consumo medio por repostaje se situó el año pasado en 15 euros, lo que según Jiménez significa que "mucha gente pone sólo 5, 6 o 7 euros" porque "no pueden echar ni un euro más". "El nuestro es un consumidor muy ligado al precio" y también a él le están perjudicando todas estas medidas, ha concluido.

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