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Lo más seguro es que a estas alturas sean ya pocos los que no han oído hablar de cosas como préstamos rápidos, minicréditos o crowfunding. Es lo que se ha venido a denominar en su conjunto como FinTech.

Pero, ¿qué es esto? Se trata de la suma de las palabras Financial y Technology (o lo que es lo mismo, Finanzas y Tecnología), es decir, se trata de aquellas empresas que cuentan con los últimos avances para proporcionar al público los servicios y productos financieros más innovadores, como ocurre con la empresa de minicréditos MoneyMan. Es tal la buena acogida que han tenido entre sus clientes (la inversión en ellas creció, entre 2014 y 2015, en un 517%) que son muchos los que han visto en estas empresas una buena opción para poder invertir. Pero, ¿dónde hacerlo?

1. Inversión en empresas de financiación online a particulares. Como las ya mencionadas, que ofrecen préstamos rápidos o minicréditos. La buena acogida ya es muestra suficiente de que saben lo que están haciendo y que resultan ser una inversión más que atractiva.

2. Invertir en empresas que se encargan de desarrollar aplicaciones para poder pagar a través de teléfonos móviles. Y es que resulta hasta complicado encontrarse con alguien que no cuente hoy en día con un teléfono móvil. Y, más aún, que no haga uso de él a diario. Se ha podido comprobar que el acceso a Internet a través de los teléfonos móviles va en aumento y esto también se traduce en que más gente se anima a realizar sus compras por medio de este dispositivo. Como es lógico, y para satisfacer esta demanda, el número de empresas que están implementando mejoras en la tecnología para que la experiencia de usuario sea mejor no ha parado de crecer. Incluso existe la opción de poder pagar en establecimientos con el mismo teléfono móvil a modo de tarjeta de crédito. También resulta interesante fijarse en los países que están menos desarrollados y apenas cuentan con tarjetas de crédito porque se prevé que empleen, directamente, formas de pago a través de smartphones, combinado con el dinero en metálico.

3. Llevar a cabo una inversión en empresas que se encarguen de desarrollar tecnología de cadena de bloques (o block chain), así como en proveedores capaces de integrar esa tecnología en sus empresas. Y es que uno de los principales problemas a los que se enfrenta la economía online es el hecho de que se suele requerir demasiado tiempo para poder liquidar las operaciones. La cadena de bloques simplifica esto, ya que se trata de una contabilidad compartida y pública. Según los expertos todos estos procesos ayudarían a seguir esta línea y contar con el uso de redes descentralizadas.

4. Invertir el dinero en aquellas compañías que se dedican a ofrecer plataformas para llevar a cabo mecenazgo a pequeña escala. Es decir, la tendencia que ha surgido en los últimos años mediante la cual las personas que cuentan con una idea o quieren sacar adelante un proyecto y no disponen con los recursos necesarios buscan alternativas en la red en forma de ayudas. Hablamos de crowdfunding que lo podemos encontrar en múltiples plataformas. Allí la gente ofrece una cantidad de dinero a cambio de algo que le pueda interesar. Por ejemplo, si están desarrollando un teléfono móvil, a cambio de uno de ellos cuando el proyecto finalice.

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