• A comienzos de agosto de 2007, el balance se limitaba a 1,19 billones de euros
  • El sustancial incremento del balance complicará la futura retirada de los estímulos
European Central Bank (ECB) president Mario Draghi
El presidente del BCE, Mario Draghi.

La extraordinaria política monetaria que está siguiendo el Banco Central Europeo (BCE) suma este miércoles un nuevo hito a su ya largo historial. Por primera vez desde su fundación, el balance de la entidad supera los 4 billones de euros, un listón que ha saltado de la mano de su presidente, Mario Draghi, y sus voluminosas rondas de financiación bancaria y de compras de activos en el mercado.

En concreto, y según los datos que el BCE ha publicado este jueves, el balance consolidado de la entidad terminó marzo en los 4,1 billones de euros, casi un cuarto de billón por encima de los 3,87 billones de la semana anterior. Este salto responde a que el BCE liquidó la semana el importe de la última operación de financiación condicionada (TLTRO, por sus siglas en inglés) que ofreció a los bancos el pasado 23 de marzo, mediante la que suministró 233.500 millones de euros a 474 bancos.

La magnitud de estos datos sólo se aprecia si se ponen otras cifras a su lado. A comienzos de 2007, justo antes de que el BCE tuviera que empezar a inyectar liquidez de urgencia para contener las primeras acometidas de la crisis, su balance se limitaba a los 1,19 billones de euros. Desde entonces, por tanto, se ha multiplicado por 3,4 veces. Entonces, ese balance equivalía al 13% del Producto Interior Bruto (PIB) de la Eurozona. Ahora, esta proporción se dispara hasta el 37%. Otra comparación revela el alcance de este dato: el balance de la Reserva Federal (Fed) estadounidense, de 4,5 billones de dólares -unos 4,22 billones de euros-, equivale al 25% del PIB estadounidense.

Junto a las últimas rondas de financiación bancaria, la auténtica catapulta que ha disparado el balance del BCE es el programa de compra de activos (APP, por sus siglas en inglés) con el que la institución viene adquiriendo deuda pública y privada en el mercado desde marzo de 2015. Estas compras, que siguen vivas y que desde este mes de abril se reducen de 80.000 a 60.000 millones al mes, provocan que la partida que recoge los valores emitidos con fines de política monetaria se haya agigantado hasta los 1,88 billones de euros, cuando en 2007 ni siquiera existía un apartado para ese fin.

Lejos de ser un asunto menor, la dimensión del balance del BCE y la novedosa composición de ese balance, con deuda pública, hipotecaria y corporativa en su interior, representan un desafío adicional para cuando los banqueros centrales quieran volver sobre sus pasos y comenzar a retirar los extraordinarios estímulos de los últimos años. Por el momento, el BCE todavía sigue engordando su balance. La Fed, sin embargo, ya está explorando cómo reducir el suyo -por ahora se dedica a mantenerlo-. Eso sí, la entidad presidida por Janet Yellen todavía no ha anunciado la fórmula para hacerlo, consciente de que esta vez la normalización monetaria no pasará sólo por subir los tipos, sino que la auténtica clave residirá en cómo adelgazar su balance, puesto que ha sido precisamente su ampliación la que ha actuado como eje central de su estrategia anticrisis en los últimos años. De ahí que la 'operación retorno' sea tan sensible. Para la recuperación. Y para los mercados financieros.

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