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Así, el “banco malo” estima que el año que viene obtendrá un beneficio neto de 63 millones, que duplicará ampliamente en 2015 hasta ganar 140 millones. En 2016, el beneficio de Sareb debería rozar los 200 millones, que un año después, en 2017, se reduciría ligeramente hasta 162 millones.
Las estimaciones del banco prevén que, en 2018, Sareb entre en pérdidas, unos números rojos justificados en parte porque ese ejercicio será el primero en el que se repartirá dividendo, un pago que está limitado al 8% del exceso de caja de la entidad. A partir de 2018, y en los nueve años que le quedarían de vida a la entidad, cuya disolución está prevista en 2027 una vez se haya desprendido de sus activos.
L.S.