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“Cuando esto ocurre, los minoristas no pintan nada. Son los últimos de la lista y los últimos en ver el dinero, cuando lo ven”, dicen fuentes del mercado a Bolsamanía. “En el caso de la La Seda, por ejemplo, los accionistas estuvieron esperando dos años desde su primera suspensión, luego empezó a cotizar otra vez. Ahí vendió todo el que pudo y luego se volvió a suspender otra vez (17 de junio de 2013) y, desde entonces, nada se sabe”, explican estas fuentes.
“Al final te quedas atrapado y terminas vendiendo cuando vuelve a abrir hundiéndose”, añaden esas fuentes. Es decir, pierdes sí o sí.
Por su parte, desde la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sostienen que la suspensión es un “mal menor” y que es la única manera de defender al accionista minoritario en momentos en los que falta información sobre cómo se encuentra la compañía. Un callejón sin salida, como vemos, en el que los minoritarios acaban atrapados siempre y que provoca unas situaciones que, lejos de solucionarse, han ido en aumento con las continuas quiebras empresariales desde que comenzó la crisis.
¿Y VÉRTICE?
Ante estos precedentes tan poco alentadores, y en vista de que la historia puede repetirse (ayer la CNMV no hizo ninguna alusión en su comunicado a cuándo volvería a cotizar la compañía), Bolsamanía se ha puesto en contacto con Vértice para tratar de esclarecer un poco las dudas de aquellos que tienen acciones de la productora y no saben lo que puede ocurrir.
“No lo sabemos”, ha sido la escueta respuesta de su responsable de atención con inversores a la pregunta de cuando volverían al parqué.
La historia, como ven, tiene toda la pinta de volver a repetirse.
N.A./M.G.