Liza Shapiro, antropóloga de la Universidad de Texas en Austin, Estados Unidos, afirma que la familia que camina a cuatro patas (motivo de un famoso documental de la BBC en 2006) que viven en Turquía y que son incapaces de andar con el cuerpo erguido, simplemente se han adaptado a su incapacidad para caminar de posición vertical y no representan un ejemplo de evolución hacia atrás o devolución.

Humanos que andan a cuatro patas

La edición digital de Plos One comparte el estudio de Shapiro el cual demuestra que contrariamente a las afirmaciones anteriores, las personas con ésta condición no caminan según el patrón característico diagonal de primates no humanos, como los monos o los simios. Por muchas otras hipótesis de científicos que piensan desde que descubrieron a estos cinco hermanos turcos en 2005, que representan una etapa retrospectiva de la evolución.

En la investigación de Shapiro analizaron 518 pasos de personas con el síndrome Uner Tan (UTS) y los resultados obtenidos del estudio llevaron a la conclusión de que caminaron en secuencias laterales, colocando un pie en el suelo y luego la mano del mismo lado para luego realizar el mismo movimiento con el otro lado (pie y mano) del cuerpo. Sin embargo, otros homínidos como los simios caminan en secuencias diagonales, moviendo un pie y acto seguido apoyan en el suelo la mano del lado inverso.

La investigadora norteamericana asegura que “como hemos demostrado, el cuadrupedalismo en adultos sanos o con una discapacidad física puede explicarse usando los principios biomecánicos en lugar de suposiciones evolutivas”.

Las personas que padecen UTS usan con más frecuencia pareados diagonales que pareados laterales, aunque la secuencia asociada con los pareados es casi exclusivamente lateral. Según comenta Shapiro “cada tipo de pareado tiene ventajas biomecánicas con los pareados laterales que sirven para evitar la interferencia del miembro y los diagonales que proporcionan estabilidad”.

Jorge Sánchez

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