MADRID, 08 JUL. (Bolsamania.com/BMS) .- Termina una semana que ha sido de todo menos tranquila. La “guinda” la ha puesto hoy viernes por la tarde el Informe de Empleo en Estados Unidos, que finalmente nos dio una mala noticia, con una cifra de creación de empleo no agrícola que se situó en tan sólo los 18.000 puntos, muy por debajo de la estimación de consenso de Bloomberg que estaba en 105.000. Por su parte, la tasa de desempleo ha subido inesperadamente hasta el 9,2%. Aparte de este último dato de la semana, lo cierto es que hemos vivido cinco jornadas cargadas de acontecimientos que, en general, han contribuido a aumentar la incertidumbre en los mercados. Especialmente destacamos la debilidad que ha mostrado nuestro Ibex frente al resto de índices europeos durante toda la semana (cierra con una caída hoy viernes del 2,53%. En la semana se ha dejado un -5,28%), penalizado en principio por las noticias negativas relacionadas con la periferia europea. En cualquier caso, tampoco encontramos motivos concretos por los que hayamos caído más que el resto (si exceptuamos el hecho de que la semana pasada subimos igualmente con más fuerza), y lo cierto es que esta debilidad preocupa cada vez más a nuestros analistas. En contraste con las “idas y venidas” de Europa encontramos esta semana a Estados Unidos, que por el contrario, a pesar del descenso de hoy por culpa del desempleo, se ha movido al alza con paso firme. El hecho de que parezca que un acuerdo sobre el techo de deuda es inminente (Obama se reunió ayer con los Congresistas para tratar el tema y dijo que el encuentro fue “muy constructivo”) parece que está beneficiando a los mercados, sin olvidarnos del esos buenos datos de empleo del jueves, que reforzaron la idea de recuperación al otro lado del Atlántico. Especiales protagonistas de la semana han sido las agencias de calificación, especialmente Moody’s, que como recordarán decidió recortar la calificación de Portugal hasta “bono basura” a principios de semana. La noticia ha pesado mucho en el Viejo Continente esta semana, sobre todo porque hasta ahora parecía que era Grecia la que peor lo tenía y ahora parece que las cosas se complican también para el país luso. Ayer jueves, les recordamos que esta misma agencia recortó la calificación de cuatro bancos portugueses. Además de esto, no debemos olvidarnos de que igualmente Moody’s fijó rating para Bankia por primera vez en Baa2, aunque otorgó la categoría de “bono basura” a su matriz, Banco Financiero y de Ahorros. Además, Fitch decidió bajar su calificación sobre Bankinter y Popular. Tal vez porque ya están cansados, desde los organismos oficiales esta semana se han oído voces bastantes críticas contra las agencias (Durao Barroso dijo que era “extraño” que tres agencias controlaran el mercado), mientras que el Jean-Claude Trichet, en su comparecencia de ayer, también consideró su actuación poco aceptable, al tiempo que suspendió los requisitos de calificación crediticia para Portugal, lo que no deja tan expuesto al país ante las decisiones de estas agencias. Siguiendo con Trichet, utilizó la famoso expresión monitor closely (“vigilancia estrecha”), lo que indica que el BCE subirá tipos en los próximos meses, pero no de manera inminente. Por último, el presidente de la autoridad monetaria europea descartó un default o un default selectivo en Grecia. Para la semana que viene, atención porque tenemos una cita clave, que no es otra que la publicación el próximo viernes de los tests de estrés europeos. Vamos a ver qué sucede aunque dicen las crónicas que los interesados (los bancos examinados) ya conocen estos resultados. Además, será semana de IPCs (en toda Europa y también en Estados Unidos), y empezarán a publicarse los resultados empresariales del segundo trimestre (con Banesto en España, y Alcoa, Citi y JP Morgan en Estados Unidos. Nieves Amigo
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