Crédito o gestión de recursos

¡Vaya si las cosas han cambiado! cuando hoy en día hablamos de endeudamiento a crédito, dentro del ámbito de las economías domésticas, obviamente y en un entorno tan hostil en lo económico como la actual, cualquier nivel de endeudamiento nos parece excesivo.

Sin embargo, todavía esa costumbre de acudir automáticamente al crédito, prácticamente como primera iniciativa ante una necesidad concreta o una situación determinada, tiene que ver con una experiencia continuada durante más de una década, y que se iniciaría a finales del siglo pasado extendiéndose hasta el comienzo de la actual crisis.

Nos referimos al endeudamiento a crédito prácticamente como constante de recurso; vivir a crédito en definitiva.
Crédito o gestión de recursos
Tomemos unos datos; en el año 1998 la deuda de las familias en nuestro país ascendía a un equivalente (por entonces aún regía la peseta) en el entorno de los 235.000 millones de euros tan sólo siete años después, en el año 2005, esta deuda superaba los 700.000 millones; había crecido a razón prácticamente de 100.000 millones anuales.

En el mismo periodo de tiempo las hipotecas cuadruplicaron su importe, llegando a superar tranquilamente los 400.000 millones en el año 2005, cuando apenas superaba los 100.000 a finales de la década anterior, y, algo similar aunque en menor proporción ocurría con el resto de deuda que prácticamente se multiplicaba por 2,5 en ese mismo plazo de cinco años.

La situación, que continuó empeorando durante el año 2006 y tocó techo el año 2007, ya sabemos dónde nos ha llevado; la morosidad galopante en la financiación personal, una morosidad  enorme y un desmoronamiento en los créditos hipotecarios y en definitiva un panorama radicalmente diferente al que llegamos a conocer.

En este contexto las dudas sobre el uso del crédito, a nada que nos detengamos un poquito a pensar, van a ser más que notables. La gestión de los recursos propios, la planificación de la economía personal, es sin ningún género de duda la base de sobre la que se asienta un periodo como el actual, pero sin embargo ¿que pensamos del futuro? ¿podemos seguir pensando en una recuperación del crédito? ¿podemos confiar en el crédito como solución constante a nuestras economías personales?

Pues siendo razonables parece que no. No sólo porque el uso constante de los créditos tarde o temprano conduce al sobreendeudamiento personal, algo que no ocurriría en un mundo perfecto donde los ingresos fueran constantes y regulares a lo largo de toda nuestra vida y donde no existiera ningún inconveniente ni imprevisto, sino también porque los períodos de crisis económica, las burbujas, como vemos cuando pinchan también desinflan el crédito personal; y, de esto sí que no hay ninguna duda, las burbujas y las crisis son cíclicas y tarde o temprano volverán.

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