Bolsamania

Los riesgos de conducir descalzo o con chanclas

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En verano, con la llegada del calor, son muchos los conductores que se montan en sus coches en chanclas e incluso se deshacen de ellas y conducen descalzos, una práctica que además de poco higiénica es por encima de todo peligrosa. ¿Cuáles son los riesgos de conducir descalzo o con chanclas?

Los datos de las encuestas realizadas por algunos medios en este verano que ya toca a su fin revelan que más del 5% de los conductores españoles gente conducen descalzos por comodidad, ignorando los peligros que esto comporta para la seguridad.

En la frontera de la legalidad

Las autoridades advierten que conducir con chanclas es peligroso (pueden engancharse en los pedales y dificultar la reacción del conductor ante un imprevisto), aunque no está prohibido. Conducir descalzo tampoco lo está, ya que la normativa de seguridad vial no dice nada al respecto, pero un agente sí puede multarnos si considera que entraña un riesgo para la conducción.

Nadie puede negar el hecho que conducir con el calzado adecuado (zapato cerrado y sin tacones) es infinitamente más seguro. Esto se puede hacer extensible al resto de la vestimenta: es preferible utilizar prendas y calzado cómodo. En cuanto a la ley de Seguridad Vial, tampoco aclara demasiado la cuestión:

Artículo 11. Normas generales de conductores.
(…)
2. El conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía. A estos efectos, deberá cuidar especialmente de mantener la posición adecuada y que la mantengan el resto de los pasajeros, y la adecuada colocación de los objetos o animales transportados para que no haya interferencias entre el conductor y cualquiera de ellos.

Ante todas estas dudas y como conclusión, debemos afirmar que conducir con chanclas o descalzos es una práctica absolutamente desaconsejable. Basta con pensar en lo que podría pasar en lo que pasaría si un niño se cruza delante de nuestro vehículo y, por culpa de no llevar el calzado adecuado, frenamos con unas décimas de segundo de retraso. Ahí tendríamos el ejemplo de cómo una manía o conducta absurda se convierte en una tragedia irreparable. ¿Exagerado? Tal vez, pero mejor prevenir que lamentar.

Fotos – Autofacil