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Los coches del futuro

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Cuando hablamos de coches del futuro, pensamos normalmente en coches de formas sorprendentes, de diseño futurista. A estos objetos rodantes no identificados, le asociamos un equipamiento de alta tecnología que ofrecen otra imagen y otra dimensión de la conducción automovilística.

Las mutaciones se operan por etapas

Para no dejar de tener los pies en la tierra, la revolución del coche no se hará de manera tan espectacular. Las mutaciones se operan por etapas. A largo plazo, sabemos que los fabricantes no ponen el acento únicamente en los carburantes fósiles.

El concepto del coche ya no es el de un bólido que ruge con cientos de caballos debajo del capó, y que pasa de 0 a 100 km en un tiempo récord, con una velocidad máxima que rompe los marcadores. El coche del futuro se acerca más a las caravanas que existen actualmente para convertirse en espacios vitales sobre cuatro ruedas. Los monovolumen del futuro serán más pequeños, del tamaño de un coche urbano.

Además, el conductor se alegrará de ponerse a los mandos. En efecto, el coche inteligente con un grado de autonomía cada vez mayor, ya no es una utopía.

El coche inteligente

Las recientes funcionalidades y equipamientos tecnológicos de los coches fabricados en este primer decenio del siglo XXI constituyen una etapa esencial. Un coche podrá verse equipado con sensores y otros captadores para recibir y tratar instantáneamente informaciones sobre la conducción y el entorno de la carretera. Tomará decisiones en lugar del conductor, y frenará sólo con el fin de evitar cualquier tipo de colisión.

MG6Podrá repartir su fuerza en las cuatro ruedas, ajustar en tiempo real su suspensión con el fin de conservar el equilibrio y el comportamiento en carretera. La ayuda a la conducción no será un concepto vago, puesto que el coche ayudará literalmente al conductor. Si el cansancio disminuye la atención del conductor y aparecen signos de somnolencia, el coche reaccionará, despertando al conductor.

El sistema que permite adaptar las velocidades en función de un obstáculo concreto estará más perfeccionado, la finalidad será la de optimizar el campo de visión del conductor y del coche. Los coches del futuro podrán intercambiar información con el fin de reforzar la conducción semiautomática y también prevenir accidentes en carretera.

Foto – Auto-Types