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La «batería termal», una idea para aumentar la autonomía de los coches eléctricos

Uno de los argumentos clásicos de los detractores de los coches eléctricos es la escasa autonomía que éstos ofrecen y que disminuye aun más cuando se hace uso de la calefacción y el aire acondicionado. Pero esto podría quedar resuelto en breve si el proyecto que se trae entre manos Ford y que sus creadores han bautizado como batería termal.

Se estima que, en condiciones normales, el uso de la calefacción o el aire acondicionado reduce hasta un tercio la autonomía de un coche eléctrico. A causa de esta carencia han aparecido en los últimos años los famosos vehículos híbridos, una manera de solucionar las consecuencias de este problema, pero no de resolverlo.

Los ingenieros de Ford, gracias a una millonaria subvención de ARPA (siglas en inglés de la Agencia de Proyectos Avanzados de Energía) podrían haber dado con la solución definitiva: la batería termal, un sistema de aire acondicionado y calefacción que prácticamente elimina el consumo de batería y que se está probando actualmente en el Ford Focus.

¿Cómo funciona?

nanomaterial-car-batteryx299 (1)Esta batería termal está compuesta por materiales capaces de almacenar grandes cantidades de refrigerante en un espacio relativamente. Cuando este refrigerante se mueve por el sistema, se puede usar tanto para la calefacción como para el aire acondicionado. Funciona así:

En primer lugar se bombea agua a un contenedor de baja presión donde será expuesta a un material adsorbente (sí, con «d», no confundir adsorción con absorción) que extrae el vapor, manteniendo la presión baja para que se pueda bombear y evaporar más agua. Este proceso de enfriado por evaporación se puede usar para enfriar el habitáculo.

Para la calefacción , se usa el mismo método, ya que cuando el material adsorbe moléculas de agua, se libera calor que puede ser conducido a un radiador y disiparse en el interior del habitáculo. Lo mejor es que se trata de un sistema que necesita muy poca electricidad, la justa para hacer funcionar una pequeña bomba y unos ventiladores para mover el aire caliente o frío.

Cuando el material adsorbente ya no admite más agua la batería termal se puede recargar calentándolo de nuevo por encima de los 200 °C, liberando el agua, que se condensa y vuelve a un depósito. Eso sí, este proceso tarda unas cuatro horas, al fin y al cabo lo que se tarda en recargar un vehículo eléctrico normal en una estación de recarga.

¿Será una solución práctica? Habrá que esperar a que finalicen los tests de Ford y que se apliquen con éxito en alguno de sus modelos para saberlo.

Fotos – Technology Review