“Rampage” confirma que las adaptaciones cinematográficas de videojuegos empiezan a funcionar

Siempre ha sido un terreno pantanoso. Lo de llevar a la gran pantalla un videojuego se ha convertido en misión para valientes. No es de extrañar, teniendo en cuenta los sonoros batacazos que suelen protagonizar los filmes de este género. De hecho, sudores fríos pasan los grandes estudios cuando se lanzan adaptaciones cinematográficas de videojuegos.

Sin embargo, algo parece estar cambiando. Después de que Tom Raider haya resultado una sorpresa de lo más grata, ahora ha sido Rampage la cinta encargada de demostrar que hay esperanza. Y es que, pese a la mastodóntica inversión de 120 millones de dólares, lo cierto es que parece que la película va a resultar de lo más rentable. Teniendo en cuenta que se trata de una película bastante agradable y de que ya ha logrado amasar 151 millones en su primer fin de semana, la gente de Warner Bros. puede estar muy contenta. Dwayne Johnson sigue teniendo pegada.

Rampage nos acerca a la figura de Davi Okoye, un primatólogo que vive aislado del mundo u que mantiene una entrañable amistad con George, un gorila extremadamente inteligente. La cosa se pone fea cuando, a consecuencia de un experimento científico, George se convierte en un enorme y enfurecido simio. Ese es el principio del caos, ya que varias criaturas de iguales dimensiones y similar capacidad de destrucción van apareciendo por Estados Unidos. Okoye, con la ayuda de Kate Caldwell (Naomie Harris), tratará de crear un antídoto para las bestias y, a su vez, salvar a su buen amigo George.