El patinazo de Gore Verbinski con una cintas más esperadas del año le mete en serios aprietos

Un joven y ambicioso ejecutivo de empresa (Dane DeHaan) es enviado para traer de vuelta al CEO de su compañía, que se encuentra en un idílico pero misterioso “centro de bienestar”, situado en un lugar remoto de los Alpes suizos. El joven pronto sospecha que los tratamientos milagrosos del centro no son lo que parecen. Cuando empieza a desentrañar sus terribles secretos, su cordura será puesta a prueba, pues de repente se encontrará diagnosticado con la misma y curiosa enfermedad que mantiene allí a todos los huéspedes, deseosos de encontrar una cura.

A lo largo de los últimos meses, Gore Verbinski había conseguido despertar el interés de la industria con un thriller psicológico de sublime tráiler. Los constantes avances del filme no hacían más que provocar en cualquier cinéfilo unas irremediables ganas de comprobar si el padre de The Ring y Piratas del Caribe había conseguido recuperar su mejor nivel. Todo apuntaba a ello cuando la cinta comenzaba sus exhibiciones ante la prensa y la sorpresa negativa saltaba a la palestra. El filme se llevaba palos por todas partes, pero lo peor estaba por llegar.

Con su estreno a gran escala, los peores presagios se confirmaban y La Cura del Bienestar se llevaba un sopapo descomunal . Unos tristes 9 millones de dólares recaudados en todo el mundo frente a un coste de 50 provocaban que el filme pasase de forma inmediata a engordar la lista de desastres de los últimos tiempos, convirtiéndose en un nuevo golpe a la carrera de un director que intentaba superar a toda costa el fiasco de El Llanero Solitario. Gore Verbinski necesita un éxito a toda costa.