1. Bubba Smith: Su nombre está ligado al mundo del fútbol americano, donde lograría convertirse en una estrella. Pero los cinéfilos siempre le recordaremos como el Moses Hightower de las siete películas de “Loca academia de policía”. Pese a participar en varias series de éxito como “Cosas de Casa” o “Sabrina, cosas de brujas”, su nombre fue cayendo en el olvido hasta el punto de que su fallecimiento en 2011 llamó la atención de poca gente. Tenía 61 años y la ingesta masiva de una droga adelgazante terminaría con su vida.
2. Vincent Schiavelli: Cuando alguien ha pasado por el set de Amadeus”, “007: El mañana nunca muere” o “Alguien voló sobre el nido del cuco”, lo normal es que su muerte cause enorme conmoción. Si además tenemos en cuenta que prestó su rostro al inolvidable fantasma de “Ghost”, sorprende que este secundario de lujo se fuese entre tanto ruido allá por el año 2005. Por aquel entonces tenía 57 años, pero el cáncer de pulmón que padecía desde tiempo atrás se mostraría inmisericorde.
3. Natasha Richardson: Los escenarios de Broadway apagaron las luces en su honor, pero el gran público tardó en ser consciente de que una de las actrices de más talento de su generación se había ido para siempre. Hija de Vanessa Redgrave y esposa de Liam Neeson, la actriz firmó papeles tan importantes como el de “Nell” y se convertiría en una estrella absoluta de teatro gracias a “Cabaret” o “Un tranvía llamado deseo”. Una simple caída mientras esquiaba y sobre la que ella misma bromeaba acabaría llevándola al hospital por las fuertes jaquecas. No sabía que la hemorragia interna que le había causado causaría su muerte unas horas después.
