Las escenas más tristes del cine: “La Lista de Schindler”

Oskar Schindler (Liam Neeson), un empresario alemán de gran talento para las relaciones públicas, busca ganarse la simpatía de los nazis de cara a su beneficio personal. Después de la invasión de Polonia por los alemanes en 1939, Schindler consigue, gracias a sus relaciones con los altos jerarcas nazis, la propiedad de una fábrica de Cracovia. Allí emplea a cientos de operarios judíos, cuya explotación le hace prosperar rápidamente, gracias sobre todo a su gerente Itzhak Stern (Ben Kingsley), también judío. Pero conforme la guerra avanza, Schindler y Stern comienzan ser conscientes de que a los judíos que contratan, los salvan de una muerte casi segura en el temible campo de concentración de Plaszow, que lidera el Comandante nazi Amon Goeth (Ralph Fiennes), un hombre cruel que disfruta ejecutando judíos.

Oskar Schindler (Liam Neeson) es de esos tipos con visión de negocios. En plena Segunda Guerra Mundial se monta una fábrica en la que emplea a judíos y su empresa prospera rápidamente, pero el lugar comienza a convertirse en una balsa salvavidas para cientos de judíos y Schindler en un auténtico salvador. Lo malo es que cuidar a judíos en la Alemania Nazi estaba demodé. Y entonces ese final…