Y las 9 grandes decepciones de la primera mitad del año (Parte 1)

 

Llega el turno de pararnos ante la otra cara de la moneda. Si a lo largo de los últimos días le dedicábamos nuestras líneas a las que consideramos las 12 mejores cintas de lo que va de año, en esta ocasión es el turno de las decepciones. Pese a que empezamos bastante bien el año, hay que decir que la cosa se ha ido torciendo con la cercanía del calor. En cualquier caso, estas han sido las 9 cintas que nos han dejado bastante fríos a lo largo de los seis primeros meses de 2017.

 

1. Underworld: Guerras de Sangre: No se puede comprender que actores del calibre de Kate Beckinsale o Charles Dance se hayan prestado a semejante desastre. La cinta que venía a poner el punto y final a la larga guerra entre las dos razas se convertía en poco menos que ridícula. Más allá de ofrecernos una recopilación de momentos vergonzosos, Underworld: Guerras de Sangre nos ofrecía un caos narrativo de esos que hacen historia. En muchos momentos del filme nos sentíamos abrumados ante semejante falta de conexión y un montaje lamentable. Poco o nada tiene sentido en esta carrera hacia adelante que se nos presenta. Efectos cutres a más no poder aderezan el desarrollo de un filme que llega a un clímax irrisorio y que, de repente, se acaba. Indigno final para una saga que merecía una despedida más honrosa.

2. La Gran Muralla: Si es otro el que factura semejante barrabasada, lo aceptamos. Pero que sea una cinta de Zhang Yimou todavía nos cuesta creerlo. Matt Damon acudía a la llamada de la industria china con una película de presupuesto descomunal. Un mercenario inglés y otro español son testigos del misterio que rodea a la construcción de la Gran Muralla China; ambos descubrirán que no se construyó para mantener alejados a los mongoles, sino para algo más peligroso: la mítica muralla ha sido edificada para detener la llegada de monstruos devoradores de carne humana. No sabemos si es que el dinero se lo gastaron en otras cosas o es que la invasión de monstruos requería más pasta todavía, pero lo cierto es que el resultado tiene aires de serie B y clichés a mansalva.

3. Cincuenta sombras más oscuras: La primera entrega ya se nos hacía bola, pero eso era una ventaja para su secuela, ya que difícilmente podía empeorarse lo visto. Sin embargo, aquí ya se prescinde por completo de un argumento y el mojigatismo de su erotismo se dispara hasta niveles incomprensibles. Cuando Christian Grey, que se siente herido, intenta convencer a Anastasia Steele de que vuelva a formar parte de su vida, ella le exige un nuevo acuerdo antes de aceptar. Pero cuando la pareja empieza a ser más confiada y a tener una cierta estabilidad, aparecen mujeres del pasado de Christian decididas a frenar en seco sus esperanzas de un futuro juntos…