“La vida de David Gale”: Esa maravilla sin la suficiente repercusión

La vida de David Gale (Kevin Spacey), profesor universitario y activista contra la pena de muerte, da un vuelco inesperado cuando es acusado y condenado por la violación y muerte de su colega, la activista Constance Harraway (Laura Linney). A sólo tres días de su ejecución, Gale acepta conceder una entrevista exclusiva a una joven y ambiciosa reportera (Winslet).

Firmada por un gran director enormemente infravalorado como es Alan Parker (“El expreso de medianoche”, “Arde Mississippi”), La vida de David Gale es una auténtica joya, también notablemente infravalorada. Si por dos cosas será recordada esta cinta es por su magnífica banda sonora y por un final absolutamente imposible de imaginar, cortesía de los grandísimos Kevin Spacey, Kate Winslet y Laura Linney. Alegato contra la pena de muerte que nos golpea como una maza.

Desde su estreno, la crítica comenzaba una dura campaña contra La vida de David Gale. Profundo error que, con el tiempo, el gran público ha ido enmendando. Casi quince años después del revés en el mentón que suponía el filme, el respeto es máximo hacia el trabajo de Alan Parker y el sensacional guión de Charles Randolph. Aún así, conviene que sigamos poniendo el acento en un filme de esos que nos dejan noqueados.