La película de la resurrección de Bruce Willis se convierte en un desastre

No atraviesa un buen momento profesional. A lo largo de los últimos años, Bruce Willis ha ido enlazando una película desastrosa tras otra. Pequeños papeles en cintas de serie B se han convertido en la columna vertebral de su carrera. Así, el hecho de que Eli Roth llamase a su puerta para protagonizar Death Wish tenía pintaza.

Tras sufrir una brutal agresión su mujer y su hija, Paul Kersey, un ciudadano normal de Nueva York, decide vengarse acosando a todos los delincuentes de la ciudad que actúan por la noche. ¿Os recuerda a algo? ¿Y si le ponemos el rostro de Charles Bronson al individuo en cuestión?

Efectivamente, allá por 1974 el inolvidable actor protagonizaba El justiciero de la ciudad y su secuela Yo soy la justicia. Ambas cintas provocaban cierta polémica por su abordaje de la justicia libre, pero también se convertían en cintas imprescindibles de aquellos días. Ahora, más de cuatro décadas después, parece que el nuevo justiciero al que da vida Bruce Willis  se ha quedado muy lejos de lo esperado. Un lamentable 86% de críticas negativas es el balance de un filme que ha dejado bastante frío también al gran público. Se empieza a hacer imprescindible un giro radical en la carrera del actor…