Dos Rombos: “Spring Breakers” de Harmony Korine

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Spring Breakers vino precedida de una campaña de marketing que explotaba sin ningún pudor los atributos físicos de sus cuatros actrices protagonistas. Todo eran carteles y videos en los que las jovencitas aparecían en bikini. ¿Y en la película? Lo mismo. No es un engaño. Hace calor en Florida…

Harmony Korine, el director y guionista de esta película, debutó en el mundo del cine hace casi dos décadas escribiendo el guión de Kids, una cinta que dirigió Larry Clark. Poco después dirigió Gummo, una original y provocativa propuesta que situaba a Korine como uno de los enfants terribles de Hollywood. Hace pocos meses estrenó Spring Breakers con la que volvió a conmocionar a buena parte de los espectadores más conservadores de Estados Unidos.

No obstante, Spring Breakers no deja de ser una adaptación a la actualidad del concepto de Kids, tanto nivel narrativo como estético. Las chicas protagonistas de esta película caen en un nihilismo hedonista que les lleva a cometer algunas tropelías con tal de pagarse las vacaciones en Florida. Vista desde una perspectiva europea, la  (presunta) provocación que hay detrás de Spring Breakers se diluye. Adolescentes borrachos coqueteando con drogas y sexo libre que buscan una escalada de satisfacción sensorial para huir de la ansiedad propia de su edad. ¿Asusta? Si eres padre, probablemente…

El peso de los medios de comunicación y de la industria del entretenimiento, especialmente la música y el cine, el culto al cuerpo y el hedonismo a ultranza parece haber conquistado a buena parte de la juventud estadounidense. Pero igual que lo lleva haciendo desde principios de los años 60. Lo único que ha cambiado es la música, la ropa, el tipo de drogas y, tal vez, algunas posturas sexuales… Si antes era el rock lo que volvía locos a los jóvenes, ahora es el hip-hop.

En este sentido, da la sensación de que la juventud estadounidense  (o la española sin ir más lejos) está echada a perder con tantos fiestones sin fin en Florida o macrobotellones en Malasaña. Lo mismo se pensaba en los 60. Los jóvenes melenudos de aquella década que iban directos al infierno son los que temen hoy por sus nietos (mientras dirigen con mano firme el destino del mundo…).

Entonces, ¿qué aporta Spring Breakers? 90 minutos de música, chicas de buen ver y sí, una radiografía de una parte de la juventud norteamericana. No es solo una excusa para mostrar buenas jamelgas y malotes gánsters que disparan de lado (muy bien James Franco)… Pero nos quedamos con…

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