Crítica de “Aislados” (Retreat) desde una perspectiva aristotélica

Aristóteles, ese gran señor, se ha convertido en uno de los nombres más señalados del pensamiento de Occidente y apenas ha sido superado; pocas cosas nuevas se han podido decir, y aunque se le han matizado sus teorías, no es disparatado señalar que muchas de ellas siguen vigentes. En su Poética, una especie de tratado de Literatura -aunque él no lo concibió como tal- hay una palabra clave que se puede aplicar a esta película: verosimilitud. Es más importante que una obra parezca que es verdad a que lo sea y si eso ya lo sabía él, nosotros, que estamos más de 2000 años por delante, debemos tenerlo muy asimilado.

En “Aislados”, la ópera prima de Carl Tibbetts (quien más tarde dirige uno de los capítulos de esa celebrada miniserie “Black Mirror”), la verosimilitud se pone en juego. Tenemos una pareja con problemas (Cillian Murphy y Thandie Newton) que se retira a una isla remota para pasar unos días encerrados en ellos mismos y ver si lo pueden solucionar. Lo más normal es que uno busque espacio y tiempo, pero aquí esto se subvierte, creo, para acentuar la idea de agobio y reclusión: dos personas con asperezas están en la misma casa que, además, está en una isla solitaria. Allí vivieron buenos momentos y quieren, de alguna manera, recuperarlos, pero se encuentran con algo muy distinto: sus diferencias parejiles dejan de ser el principal problema a favor del intruso que llega a su retirada cabaña. Este extraño (Jamie Bell) se presenta como un militar y explica que fuera hay un terrible virus del que intentaba escapar. La pareja no tiene radio y no hay manera de comunicarse con el exterior. ¿Deben creerle, parece verdad lo que cuenta, es verosímil?

Retreat Aislados crítica

La premisa de la que parte me gusta mucho; es una de esas películas que rápidamente, al menos me pasa a mí, consigue que el espectador se formule la pregunta más deseada por una historia: ¿qué haría yo en su lugar? Bien, si llega un desconocido, invade mi espacio y me explica que hay una amenaza exterior que, casualmente, no puedo comprobar, lo normal es que desconfíe, ¿no es así? Habrá que desatar un pertinente interrogatorio en el que, más que saber lo que pasa, pretendemos dilucidar si nos está engañando o no. La verosimilitud se caracteriza por hacer que algo parezca verdad sin que importe que lo sea o no y la mejor manera de conseguir esto es mezclar unas cuantas verdades con otras mentiras discretas que empañen el resultado final.

El problema de “Aislados” no lo tiene su argumento, pensado por el propio director y Janice Hallett, que me parece impecable, sino su realización. 90 minutos son muchos para sostener esa clase de mentira con tres personajes que, para ser honestos, no están bien desarrollados. No es una película de crecimiento personal y, desde luego, no se trata de superar los problemas amorosos derivados de una vida en común, pero se echa de menos algo más de chispa. Parecen desganados, derrotados desde un primer momento, con poco deseo de moverse, no están impresionados de verdad. El extraño que trae la noticia, puede, si acaso, aportar algo, ya que es en torno a él donde gira el eje de la duda y su comportamiento no puede ser lo suficientemente transparente para que sepamos nosotros como audiencia si está mintiendo o de verdad hay un virus que está acabando con la raza humana (menuda hipérbole).

Es una interesante propuesta y un buen punto de partido para un director que se está encaminando, al menos por las dos cosas que tiene en su filmografía, hacia la ciencia-ficción y el suspense. Le queda un largo trecho que cubrir con sus indicaciones a los actores y, según me parece, ha desaprovechado la oportunidad de sacarle más jugo a dos estrellas británicas como Murphy y Bell. Además, con la fotografía se ha mostrado un poco torpe y descuidado, pero como se ha esmerado y es un alumno aplicado no le voy a dar mucha guerra.

¿Qué os ha parecido a vosotros? ¿La visteis en la tele o ya conocíais su existencia?