Así ha cambiado el niño de “La vida es bella”

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En la Italia de 1939, a las puertas del comienzo de la Segunda Gerra Mundial, el extravagante Guido (Roberto Benigni) llega a Arezzo (Toscana). Su intención es cumplir su sueño de abrir una librería. Con su negocio a punto, un elemento extraño aparece en la tranquila vida del hombre para ponerla patas arriba, ya que la irrupción de la hermosa Dora (Nicoletta Braschi) provocará que Guido se enamore perdidamente.

El problema es que Dora es la prometida del fascista Ferruccio. A pesar de ello el amor entre Guido y Dora vence a las adversidades, de modo que acaban casándose y teniendo un hijo. Pero la felicidad en estos tiempos es efímera. Con la llegada de la Guerra, Guido es trasladado a un campo de concentración junto a su esposa y a su hijo. Comenzará entonces la magnífica lucha del hombre para hacer creer a su pequeño que todo se trata de un juego, mientras trata de proteger a su familia en un mundo donde no hay lugar para la esperanza.

Si la vida es bella, más bella es esta maravillosa película de Roberto Benigni. Casi 20 años han pasado desde aquellos días en los que el inolvidable Guido trataba de convertir en un juego la reclusión de su pequeño Josue en un campo de concentración. El momento se antoja ideal para descubrir cómo ha cambiado el genial Giorgio Cantarini desde aquellos tiempos en los contaba con 5 años.

“Nunca sentí un gran impulso por actuar, aunque sin duda es un arte que me intriga. Pero me interesa mucho más el oficio de guionista”. Con esas declaraciones, el inteligente chico explicaba sus planes de futuro. Lo cierto es que a sus 25 años, el joven no ha dejado de trabajar, con importantes papeles en cine (“Il giorno la notte por l´alba”) y televisión (“De amor y de guerra”). Ahora, tras unos añitos de menos trabajo, el joven busca su sitio dentro de la industria y luce así de crecidito.

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