¿Qué le está diciendo Deutsche Bank a los inversores?

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Capitalbolsa | 03 oct, 2016 20:32 - Actualizado: 08:20

Las acciones de Deutsche Bank, el mayor banco de Alemania, han perdido más de la mitad de su valor en el último año, y han sido objeto de excepcional volatilidad. Sus bonos también han sufrido un severo castigo. El descenso está generando mucha especulación acerca de la idoneidad del colchón de capital del banco, su posicionamiento estratégico, la necesidad de disponer de unidades no básicas y sus relaciones con el gobierno alemán.

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De manera más general, el mal momento del banco genera lecciones importantes para los inversores en el sector bancario europeo, ya que algunas instituciones continúan sufriendo para superar el legado de la crisis financiera global.

Deutsche Bank está luchando contra tres vientos en contra simultáneos que también comporten otras instituciones financieras (vía Mohamed El-Erian, jefe de asesores económicos de Allianz):

1. Unas tasas de interés muy bajas, incluso negativas en una porción significativa de los bonos del Estado europeos y japoneses, que están socavando la capacidad del banco para generar ingresos constantes de las actividades tradicionales de intermediación.

2. Una economía persistentemente débil que está ejerciendo presión sobre la solvencia de algunos de los prestatarios de los bancos.

3. Distorsiones de los mercados financieros, incluyendo intervenciones de los bancos centrales que se consideraban improbables no hace mucho tiempo, junto con una regulación más estricta, han erosionado las posibilidades de generación de ingresos de las actividades del mercado de capitales.

Estos vientos en contra no van a finalizar en el corto plazo. Como resultado, los bancos deben tener, y deben parecer que tienen, robustos colchones de capital para evitar el tipo de maltrato que está recibiendo el Deutsche Bank. Esto es particularmente cierto en el sistema bancario europeo, donde, a diferencia de su contraparte de EE.UU., los esfuerzos para superar los problemas fueron limitados a veces por la necesidad urgente de abordar una crisis de deuda soberana que llegó a amenazar la integridad de la zona euro.

La volatilidad del mercado se ve amplificada por la estructura de capital más fluida provocada por la influencia de los nuevos instrumentos "híbridos", como los Cocos (bonos convertibles contingentes que se convierten en capital a un nivel de precios pre-especificado). Estos fueron diseñados para contrarrestar los efectos sistémicos en el sector bancario, en particular reduciendo la necesidad de costosos planes de rescate de los gobiernos. Sin embargo, también pueden plantear preocupaciones adicionales acerca de la dilución que sufren los accionistas cuando los mercados están bajo presión.

Los inversores en acciones bancarias también sufren las cuestiones legales que las entidades llevan en su mochila, más recientemente la petición de una multa 14.000 millones de dólares contra el Deutsche Bank que anunció a principios de este mes el Departamento de Justicia de EE.UU.. Esta revelación, junto con el escándalo de la venta cruzada de Wells Fargo, es un nuevo revés para los bancos que todavía están luchando para recuperar la confianza del público y el respeto.

No es de extrañar que los jefes de los bancos europeos hayan puesto de relieve los desafíos a los que se enfrentará el sector en los próximos meses. Los bancos no sólo deben realinear sus negocios para competir en un entorno económico y financiero difícil, tienen que lidiar con un sistema de regulación que, en respuesta a excesivos riesgos asumidos en el pasado, intenta que estas entidades financieras se centren en un modelo de negocio al estilo "utility" menos emocionante. Y todo esto mientras trata de recuperar la confianza del público.

El Deutsche Bank puede ser un caso extremo, pero sus problemas indican una realidad más amplia para el sector bancario europeo en su conjunto. A diferencia de sus homólogos de Estados Unidos, algunas instituciones europeas no han fortalecido suficientemente sus cimientos después de la crisis. Eso significa que los inversores tendrán que analizar con mucho detalle el sector para encontrar oportunidades en una industria que inevitablemente seguirá siendo vulnerable a ataques de contagio, shocks de volatilidad y riesgo de reputación."

Fuentes: Mohamed El-Erian, jefe de asesores económicos de Allianz (BBG)
Carlos Montero
Lacartadelabolsa.com
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