La importancia de la letra pequeña

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CapitalBolsa
Capitalbolsa | 22 ago, 2017 18:00

Las actas de las últimas reuniones de política monetaria de la Reserva Federal y del Banco Central Europeo sirven como preludio de la conferencia de banqueros centrales de Jackson Hole de esta semana, reunión que históricamente ha servido para adelantar cambios en la política monetaria a nivel global.

Dado el título de la reunión de este año, Fostering a Dynamic Global Economy , es evidente que serán las alusiones a la velocidad y secuencia de la salida de los principales bancos centrales el punto focal que el mercado estará vigilando. En este punto, hay que recordar que las últimas actas de la Fed reflejaban una creciente, aunque todavía limitada, preocupación por la ausencia de inflación en la economía estadounidense. Ahora, varios miembros del banco central piensan que la desaceleración de los precios obedecería a motivos idiosincrásicos de la economía y no a motivos transitorios como era el sentir unánime en la anterior reunión.

Por tanto, mientras algunos participantes se mostraron partidarios de ser pacientes a la hora de subir los tipos de referencia (lo que pondría en duda la posibilidad de una subida de tipos adicional en lo que resta de año), otros advertían que esperar demasiado para volver a subir los tipos de interés podría tener consecuencias especialmente negativas, en la medida en que una eventual sobrerreacción de la inflación podría obligar a subir los tipos de interés de manera más acelerada de lo esperado, lo que terminaría impactando negativamente sobre la actividad estadounidense.

Otra cuestión adicional a tener en cuenta de cara a la conferencia que empieza este jueves podría ser pistas adicionales de cara a conocer el timing de la política de adelgazamiento del balance del banco central. No podemos descartar que su inicio sea en la reunión de mediados de septiembre. En lo que se refiere al BCE, parece que Draghi habría aprendido del error de comunicación cometido en la conferencia de Sintra este año y ya ha anunciado explícitamente que no realizará cambios en su forward guidance para evitar lanzar señales que puedan ser malinterpretadas. Por tanto, el mensaje de Draghi de cara a Jackson Hole será muy similar al expresado en las últimas actas. En las mismas, introducía como novedad el primer atisbo de preocupación del BCE por la apreciación experimentada por el euro en los últimos meses, y la posibilidad de un endurecimiento indeseado de las condiciones financieras de la región, así como una menor tracción en materia de precios.

Por tanto, el sesgo de cara a la reunión de octubre (cuando está previsto que la autoridad monetaria anuncie cambios en su programa de compra de activos) es de una postura más acomodaticia de lo que habría venido transmitiendo el BCE hasta ahora.

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