Nuestro escenario central para los mercados financieros

Alberto Castillo, director de análisis de Capital Bolsa

CapitalBolsa
Capitalbolsa | 26 abr, 2018 11:34
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La gran incertidumbre a la que nos enfrentamos es el posible escenario de estanflación en Estados Unidos y que finalmente se extienda a la economía mundial. Esto se ha puesto de manifiesto con el repunte de los rendimientos de los bonos en Estados Unidos y, en menor medida, en Europa.

La subida de las rentabilidades no es nueva, ya se produjo en febrero de este año (y provocó un desplome de las acciones), pero esta vez el aumento se ha debido al repunte de los precios de las materias primas, no a la mejora de los datos económicos. Y eso arroja un problema en la discusión, particularmente cuando se trata de invertir en acciones.

El mercado de acciones se comporta bien con una inflación creciente.

El mercado de acciones se comporta bien con una inflación creciente siempre que el impulso económico también esté al alza. Sin embargo, en los períodos de estanflación (estancamiento económico junto con alza de los precios y los salarios) han dado como resultado comportamientos pobres en los mercados de acciones y bonos. Y este es el periodo en el que podemos estar acercándonos.

Unos rendimientos al alza motivados por una subida de la inflación y no por un repunte económico, alterará la proposición de valor para las acciones frente a la renta fija. Este es un cambio de una tendencia de 35 años y es probable que solo haya comenzado. La inflación impulsada por los productos básicos podría provocar un ritmo más rápido de ajuste monetario que dañaría de manera importante a los mercados de acciones.

A parte del repunte de tipos existen otros factores que nos hacen ser cautelosos a la hora de invertir en los mercados de acciones. Por enumerar unos cuantos:

1) Datos económicos ambiguos en todo el mundo. 2) Evidencia creciente del resurgimiento de la "estanflación": datos más débiles del ISM general, pero con repunte del componente de precios. Esta interrogante estará presente durante todo el año. 3) Aumento ininterrumpido del LIBOR que impactará en muchos consumidores y corporaciones. 3) Signos de tensión crediticia. 4) Mayor inflación. 5) La Reserva Federal ha girado hacia el ajuste (y lo mismo han hecho la mayoría de los bancos centrales). 6) Un error político (Guerra comercial, etc.). 7) Irresponsabilidad fiscal. 8) La pérdida de liderazgo (y momento) de las acciones FANG. 9) El colapso de otras clases de activos especulativos (por ejemplo, precios de las criptomonedas). 10) Los indicadores técnicos se han deteriorado. 11) Economía: la recuperación económica mundial está en su fase más madura.

Estos temores nos hacen ser cautelosos con las acciones en los próximos meses y no descartamos ver precios cercanos o por debajo de los 9.000 puntos del Ibex en el corto/medio plazo. Con este escenario favorecemos la inversión con un horizonte de 6 meses en los sectores de farmacéuticas, telecomunicaciones, alimentación, petroleras, inmobiliarias, sectores nicho de mercado, commodities y oro. En este contexto, una cartera conservadora podría conformarse con las siguientes acciones: Telefónica, Basf, Unilever, Colonial, un ETF alcista en el oro como el SPDR Gold Shares y ETFs de commodities como el PowerShares DB Commodity Index Tracking Fund.

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