Sector del videojuego fábrica de empleo

¿Existe alguna industria en nuestro país con una previsión de crecimiento para los tres próximos años cercana al 25% con una multiplicación por dos de los puestos laborales que genera hoy en día? Sí, la industria del videojuego.

La en la reciente presentación del libro blanco del desarrollo de videojuego se aportaban estos datos que al final venía a reflejar un fenómeno internacional ya conocido, el alza de la industria del videojuego como un segmento con un potencial aún por determinar en su techo.

Sector del videojuego fabrica de empleo

 

Un buen dato de cómo evoluciona esta industria lo veremos si nos fijamos en los siguientes datos; una previsión de crecimiento en tasa anual cercana al 24% para los próximos tres años, acumulativa, lo que significaría un paso de gigante que pasaría de los 313 millones facturados por esta industria en nuestro país en 2013 a un resultado cercano a los 725 millones de euros, con un potencial de empleo directo superior a las 5000 personas, lo que supondría duplicar la actual oferta laboral de este sector.

Donde se destruye, el videojuego construye

Aunque es cierto que los grandes números nos hablan de un frenazo en la destrucción de empleo, durante todos estos años en que los diferentes sectores se hundían en la oferta de trabajo, la revolución digital en el juego y los nuevos canales de distribución, que esta industria ha sabido entender muy bien, no cesaban de arrojar crecimiento en demanda de empleo directo y, muy importante, también indirecto

Previsión creación empleo hasta 2017

Previsión creación de empleo

Pero más aún, a pesar de que las cifras obviamente en el conjunto de los datos del país son poco relevantes, este crecimiento superior al 30% en el número de empleados del pasado año 2013 venía acompañado con un 65% de contratos indefinidos, algo que en pocos sectores ocurre.

Las propias empresas muestran las posibilidades a futuro cuando declaran un déficit de perfiles adecuados hacia sus ofertas de empleo, donde se destaca la dificultad de encontrar programadores, y la consecuente demanda de este perfil.

Desde luego un modelo de avance en una industria que tal vez no sea tan relevante para el conjunto de las cuentas globales del país, pero que en muchos aspectos podría perfectamente ser tomada como un modelo de orientación ante la nueva realidad de los mercados, y de la que, con toda seguridad tendrían que aprender otras industrias como la cinematográfica.

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