La formación durante el paro de larga duración

Necesariamente una situación como la actual, en este caso en lo que al mercado laboral se refiere, acarrea un buen número de nuevas realidades a las que no estábamos acostumbrados en los últimos años. Algunas de estas verdaderamente complejas y dramáticas como la situación de los parados de larga duración, algo que repasábamos no hace mucho en relación a las modificaciones del Plan Prepara.

De la misma manera se refuerzan en estos momentos determinados parámetros en relación precisamente a la incorporación al mercado laboral que, si bien, siempre han tenido una consideración importante ahora resulta simplemente fundamental, y dentro de estos parámetros la educación, la formación, está cobrando un papel imprescindible.

estudiar

Un dato realmente interesante y a tener en cuenta es el aumento de mayores de 45 años que buscan acceder a estudios superiores.

Si repasamos las cifras de este perfil en relación al número de matrículas universitarias en los últimos años veremos que el crecimiento está siendo realmente notable, aumentando de manera constante las personas mayores de 45 años que buscan a través de caminos como las pruebas de acceso específicas para mayores de esta edad en la universidad, un aumento de sus niveles de formación.

Debemos tener en cuenta que dentro de este grupo creciente de estudiantes mayores de 45 años existe un porcentaje también cada vez mayor de personas en situación de desempleo, obviamente la búsqueda de una mejora personal formativa y una ampliación del currículum académico tiene una relación directa e innegable con las propias dificultades de búsqueda de empleo para este perfil de edad.

 Otro aspecto importante es que las citadas pruebas de acceso a la universidad para este perfil de edad poseen una característica propia que se basa en el hecho de ser exclusivas para personas que no acreditar previamente un título universitario, es decir, estamos hablando de personas que buscan en los estudios superiores una ayuda a futuro para su vuelta al mercado laboral en el caso de los desempleados, y, en muchos de los perfiles de personas con empleo en una herramienta que les permita tener mayor garantía de estabilidad o cuando menos mayores posibilidades a futuro en caso de encontrarse en una situación de desempleo.

Es evidente que aunque la percepción generalizada de que a mayor nivel de formación mayores posibilidades laborales se ha mantenido a lo largo del tiempo, pero, no podemos obviar, que en una economía como la que nuestro país ha sostenido en los 15 años previos a la crisis actual, una economía en la que el mercado laboral se nutría alrededor de sectores como la construcción donde los procesos formativos tal vez no resultaran tan relevantes, es ahora, cuando un buen número de personas que no llegaron o interrumpieron los estudios universitarios o profesionales vuelven la vista a la formación como una posibilidad a tener en cuenta.

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