Estrés laboral

Un cambio de trabajo debería ser algo bueno, escalar una mayor posición una buena noticia, sin embargo se ha convertido en una fuente de estrés.

Hoy en día, teniendo en cuenta que nos encontramos inmersos en la mayor crisis económica mundial de los últimos 80 años, el estrés laboral, reviste una gran importancia porque afecta a un gran número de personas y tiene alcances negativos en la salud de quienes lo sufren. La importancia del estrés laboral surgió a mediados de la década del ´70, entre otras cosas porque se manifestaba en disminución de rendimiento y en la motivación del trabajo.

La ambición de conseguir mayor satisfacción personal suele estar en contraposición con las condiciones de trabajo que se hallan en la actualidad. Aprender a manejar el estrés laboral,  sea por trabajar en un ambiente hostil, o bajo condiciones de presión, o por el continuo temor de la pérdida del empleo, es una herramienta para mejorar la calidad de vida.

Para poder lidiar con el estrés laboral, es necesario conocer los conceptos básicos del funcionamiento del mismo, observar las condiciones que generan estrés en el círculo que habitamos cotidianamente y las distintas reacciones características de cada individuo y de esta manera, lograr redefinir mejores respuestas personales, como emociones y conductas, a la sobretensión que provoca este contexto.

Las personas que desempeñan un trabajo que les gusta padecen menos estrés que las que no están conformes. Juega un papel importante el apoyo de los compañeros, la cohesión del grupo de trabajo y las afables relaciones con el nivel superior. En estudios sobre satisfacción laboral, esta suele aparecer a medida que aumenta la edad, como así también a partir de los siete años de permanencia en la empresa y en personas con un nivel de estudios superior o universitario.

De igual forma, los empleados nuevos y los cargos jerárquicos suelen contar con una importante pero corta satisfacción laboral. Por ejemplo, en los caso de ejecutivos de alto nivel, a pesar de que están sometidos a más tensiones, sufren menos estrés porque su poder también es muy elevado. En comparación con ellos, los mandos medios conllevan mucho más estrés porque están sujetos a más control y su nivel de autoridad es menor.

Diferentes aspectos que debemos tener en cuenta son, el apoyo familiar que suministra otras satisfacciones y frutos ajenos al trabajo, estar en buena forma física que nos protege de los efectos físicos perjudiciales del estrés, entre otros.

Como conclusión, cabe destacar que no todos reaccionamos de la misma forma ante circunstancias que nos producen estrés. Las interpretaciones que las personas hacen de una misma situación son diferentes, al igual que las repuestas que dan, pues cada individuo tiene un conjunto de conocimientos, experiencias y habilidades que le son propias. Sin embargo, el estrés, provenga de donde provenga, se ha convertido en una de las mayores causas de baja laboral y de enfermedad profesional.

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